La Fiscalía reveló más detalles del cruel homicidio.
El juez municipal 10 con funciones de control de garantías de Barranquilla suspendió la audiencia de medida de aseguramiento en contra de Jairo Medina Vega, por solicitud de la defensa del procesado con el fin de recopilar pruebas para el caso del crimen de Liliana Segovia Navarro, hallada sin vida en zona rural de Tubará.
Aunque la diligencia fue aplazada para el próximo martes 15 de marzo, el fiscal 11 especializado, Rodrigo Restrepo, expuso los argumentos de la Fiscalía para solicitar medida de detención preventiva en establecimiento carcelario al confeso asesino.
Según el funcionario judicial, Medina Vega puede convertirse en un peligro para la sociedad por la forma cómo premeditó el crimen de la mujer momposina. Agregó que, al parecer, sobre Jairo hay varias notificaciones sobre malos procederes en comercialización de automotores.
Cabe recodar que el ente acusador formuló los delitos de homicidio agravado, hurto calificado y transferencia no consentida de activos y que fueron aceptados por Medina Vega, el pasado miércoles 9 de marzo.
Según las pruebas recolectadas por las autoridades, Liliana, luego de llevar a su sobrino y a otro menor al colegio, regresó a su casa a buscar el teléfono celular donde tenía guardadas las claves de dinero ahorrado en criptomonedas, por valor de 10.015 dólares. Luego se encontró con el homicida en la parte trasera de una cancha de fútbol, al norte de Barranquilla, donde según su confesión, la asesinó.
Revelan detalles posteriores al homicidio
El ente acusador reveló que la noche del 28 de febrero, el procesado compró un tanque plástico de color azul, lo metió en un auto de su propiedad, marca Chevrolet Ónix, color blanco, de placa NBL 911 de Sabanagrande, junto al cadáver de Liliana, entró a las 9:22 p. m. a un motel cercano a la avenida Murillo y salió a las 9:30 de la noche. Como solo duró 8 minutos en el garaje de la habitación, no pagó el servicio.
Posteriormente, Jairo Medina Vega llegó a su casa en el barrio San José. Al día siguiente, martes 1o de marzo, salió en su carro con el tanque y el cuerpo de la occisa, arrojó el cadáver en una zona enmontada ubicada en el kilómetro 37, predios de la finca El Cacique, en el corregimiento Cuatro Bocas de Tubará.
Ese mismo martes, el asesino llevó su automóvil a Soledad, Atlántico, para realizarle una limpieza general, luego de haber trasladado y arrojado el cuerpo sin vida de Liliana Segovia.
“Hermano, necesito que me hagas un overhaul exhaustivo, no pueden quedar rastros de fluidos ni nada dentro del carro”, fueron las palabras de Medina en conversación con el propietario de un taller en el mencionado municipio.
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