La Fiscalía le imputó los cargos de homicidio agravado, hurto calificado y transferencia no consentida de activos.
En medio de la audiencia preliminar de imputación, Jairo Medina Vega aceptó cargos por los delitos de homicidio agravado, hurto calificado y transferencia no consentida de activos, imputados por el homicidio de Liliana Segovia, la mujer que fue hallada en una finca ubicada en zona rural de Tubará con signos de violencia.
“Les pido perdón a todo lo que están en la sala, a mi familia y a los que me conocen y saben quien soy”, fueron las palabras de Medina Vega, en medio de lágrimas, luego de allanarse a la imputación.
El fiscal 11 especializado de la unidad de alertas tempranas de homicidio de Barranquilla, dio a conocer más detalles del crimen de Segovia, Medina se habría aprovechado de la indefensión de la mujer para poder robarle las ganancias obtenidas en la cuenta de dinero desmaterializado conocido como USDT.
Según las pruebas recolectadas por el ente acusador en compañía de la Policía Judicial, Liliana, luego de llevar a su sobrino y a otro menor al colegio, regresó a su casa a buscar el teléfono donde tenía consignadas las claves de una moneda o dinero electrónico.
Otro detalle revelado por el fiscal es que, al parecer, ella recibió una llamada donde se habría contactado con Medina para definir el lugar de encuentro, así quedó registrado en un video de cámara de seguridad de un establecimiento comercial cercano a la vivienda de Segovia, que hoy es evidencia.
Como se conoció en el reporte entregado por la Policía del Atlántico, la mujer nacida en Mompox, Bolívar, fue vista por un campesino en el predio de la finca El Cacique, quien se percató del cadáver al ver a los gallinazos que querían acercarse al cuerpo.
En la necropsia realizada por Medicina Legal se determinó que Liliana presentaba asfixia mixta por sofocación, compresión extrínseca con mano a cuello.
“Medina recibió $12 millones por la venta del vehículo”
Según declaraciones entregadas por uno de los comerciantes de carros, desde el miércoles 23 de febrero en la noche, Jairo se contactó con él y le propuso la camioneta, y el jueves 24 en la mañana le mandó una foto del automotor, que según el relato de la Fiscalía, se notaba que estaba parqueado en la parte externa del edificio donde vivía Liliana.
“Dice que el sábado lo volvió a llamar y le prometió que el carro estaría el lunes 28 de febrero en la mañana en Valledupar, acuerdan un valor de $12 millones. Medina llegó a la ciudad en la mañana, se encontró con el comerciante, este le entregó el dinero y Jairo una tarjeta de propiedad y las llaves, compró un tiquete de bus identificándose con el nombre de su papá y salió rumbo a Barranquilla”, indicó el Fiscal.
A las 8:00 de la noche el fiscal Rodrigo Restrepo recibió la llamada de un abogado quien le indicó que una persona había adquirido el automotor. En testimonio, la última persona que lo adquirió agregó que desde el día miércoles 23 de febrero de 2022 estaba siendo comercializado dentro del gremio de vehículos.
El lunes 28 de febrero le confirman que el vehículo se encuentra en la capital del Cesar, y preacordó la compra por $25 millones más $1 millón de comisión. El carro fue entregado en Fundación, Magdalena, y se canceló el dinero por transferencia electrónica.
Debido a las noticias que circulaban en los medios de comunicación, el hombre se dio cuenta de que el vehículo que adquirió correspondía al que estaba reportado como robado.
En cuanto al crimen, se conoció que Jairo la metió en el baúl del vehículo de su propiedad, llamó a un primo para que recogiera y guardara el carro en un parqueadero y se subió a la camioneta de Liliana, tanqueó gasolina y pagó con la tarjeta de ella.
Asimismo, se conoció que al regresar a Barranquilla recogió el carro con el cuerpo, le pidió al primo que comprara un tanque azul y luego se metió a una residencia cercana a la calle Murillo y guardó el cadáver. En la mañana siguiente salió rumbo a Tubará para deshacerse del cuerpo.
Informe: Xilena Robles
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