“Los problemas iniciaron desde el parto, la mamá gritaba que no podía dar a luz de forma natural y pedía cesárea, pero no se la hicieron; después, no le prestaron la atención necesaria al niño”, contó la tía del pequeño José.
A las 3:30 p. m. de este martes 14 de marzo se llevarán a cabo las exequias en memoria de José Miguel, bebé que murió 17 días después de haber nacido en una clínica de Barranquilla, dejando un dolor inconsolable en sus padres y familiares, quienes lo esperaban con ansias.
En entrevista con Impacto News, una tía materna de José aseguró que hace pública la denuncia del caso para que “ninguna otra madre tenga que sufrir lo mismo”, versión que también ha compartido la mujer a través de sus redes sociales.
“Queremos que lo que le pasó a mi hermana no le siga pasando a más personas, a más madres. Mi hermana llevaba un embarazo normal, sus controles bien, feto bien, ecografías bien, bien formado el corazón, la frecuencia cardiaca bien hasta la última ecografía, ella entró a la Clínica La Merced de urgencia porque ya había botado el tapón y estaba sangrando”, contó la mujer.
Pese a ello, la joven ingresó a la clínica caminando por su propia cuenta y sentía a su bebé moviéndose, sin embargo, todo se complicó al momento del parto, lo que la familia del pequeño asegura que se trató de una presunta negligencia médica:
“A ella le indujeron el trabajo de parto, le empezaron a dar los dolores, pero en el momento las enfermeras le decían que pujara, que tuviera parto natural, ella gritaba y suplicaba que no podía, que no le salía, antes de eso a ella le reventaron el líquido. Ella pidió una cesárea porque no podía, se estaba quedando sin oxigeno, ella es asmática, corta de respiración, pero no le quisieron prestar atención y le decían que no la podían llevar a sala de cesárea porque eso estaba lleno“, agregó.
Mientras el padre del niño escuchaba desde lejos los gritos y las súplicas de su esposa, adentro, cada segundo y movimiento contaba para la vida del bebé. “Él oía los gritos de ella pidiendo que le hicieran cesárea, en ese instante ella decía que ya no sentía su bebe en movimiento y el doctor le decía que eso era normal”, relató.
El parto fue alrededor de las 8:30 p. m. del 21 de febrero, cuando los galenos se acercaron a los familiares del bebé les indicaron que había sido un proceso complicado y que el niño había sufrido hipoxia (ausencia de oxígeno suficiente).
“Lo tuvieron que reanimar y a mi hermana le dejaron ver al bebé fue a las 3 de la madrugada del día siguiente, estaba intubado, canalizado. La versión de mi hermana es que ella aseguraba que no podía y el ginecólogo lo que hizo fue meterle fórceps para ayudar a mover al bebé, ella se dio cuenta de que el bebé nació morado. Él duró 17 días en UCI, las enfermeras no le prestaban la atención necesaria, lo dejaban solito”, aseveró la tía del pequeño.
El deceso del bebé se registró el 10 de marzo tras sufrir un paro cardíaco. “Miguel había presentado choques neuronales, la cabeza se la volvieron nada con las herramientas fórceps, le formaron unos chichones grandes en la parte izquierda, en la parte derecha uno pequeño, la parte de atrás la tenía aplasta, como se quedó sin respiración los pulmones se le llenaron de aire adentro por eso se le veían hinchados en las fotos, siempre estuvo en UCI convulsionando, se le subía el azúcar, le hicieron trasfusiones de sangre porque supuestamente tenía anemia, alcanzó a abrir los ojos como dos veces, pero murió”, dijo.
El cuerpo del pequeño iba a ser entregado por parte de la clínica a los padres del niño, pero estos decidieron dejar el caso en manos de las autoridades competentes, por lo que la Sijín hizo el levantamiento del cadáver. Serán las autoridades las que decidirán si hubo o no negligencia médica en este caso.
“Cuando nos mostraron el cuerpo del niño sin vida tenía su nariz sangrada, el cuerpo morado, cuando lo vi me desmayé, quiero que se haga justicia por mi sobrino porque él venía sano y completo, esto es horrible”, finalizó la denunciante.
