“Le quitan los sueños a una gran persona, no hay derecho, era un hombre trabajador, buen amigo, buen papá, excelente hijo”.
Numerosos planes y metas le quedaron pendientes a Edgardo Augusto Osorio Osorio, de 44 años, por culpa de un delincuente que por robarle un reloj Rolex le disparó en dos ocasiones, el pasado miércoles 7 de junio, alrededor de las 10:00 p. m. a la altura del semáforo de la calle 106 con carrera 53, en la localidad Riomar de Barranquilla, Atlántico.
“Él estaba en una repostería de Mall Plaza con su esposa y unas amigas, un primo que acababa de arribar de EE. UU. llegó hasta allí y juntos se pasaron para otro restaurante. Cuando terminaron de comer salieron para llevar al primo al hotel donde se hospedaba y en el semáforo cercano a PriceSmart una moto golpeó fuertemente el retrovisor del copiloto. Curiosamente, luego de un intento de robo, hace algunos meses, Edgardo decidió transportarse en una camioneta blindada, pero ese día la tenía en el taller”, expresó un familiar de la víctima.
Ante el golpe del carro, Edgardo Osorio se bajó del vehículo teniendo en su mano el arma que cargaba consigo para defenderse, aunque sin apuntarle a quien lo chocó. En medio de un plan delictivo que él desconocía, de repente, otro delincuente apareció por detrás, lo vio con el arma y le disparó dos veces, impactándolo en la cabeza, a corta distancia, y en la parte trasera de su cuerpo. Su esposa se interpuso entre el criminal y Edgardo para que no lo siguiera atacando y uno de los sujetos le gritó al otro, “con acento venezolano”, que cogiera el Rolex, después, huyeron juntos.
A los minutos, apareció una ambulancia que trasladó el cuerpo de Osorio hacia la clínica Portoazul, donde se produjo su deceso, este jueves en horas de la noche.
Sus allegados, inconsolables, recuerdan a Edgardo como un buen ser humano: “Le quitan los sueños a una gran persona, no hay derecho, era un hombre trabajador, buen amigo, buen papá, excelente hijo”, agregó el familiar.
En 2022 a un tío de la víctima lo atracaron y le robaron un Rolex, y al mismo Edgardo Osorio Osorio le habían intentado arrebatar su reloj en octubre de ese año, pero él con su arma ahuyentó a los delincuentes.
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La felicidad que no le dejaron disfrutar a Edgardo
El pasado mes de enero, Osorio se sometió a una cirugía para perder peso, logró bajar 30 kilos y eso lo tenía feliz. “Obviamente quería lucir la mejor ropa, él era marquero, le gustaba verse chévere y no debe ser un pecado si para eso él trabajaba, para darse gustos”, agregó el familiar.
Además de sufrir un gran dolor, parientes del hoy difunto lamentan la inseguridad que atraviesa la ciudad y que así como a Edgardo le arrebataron la vida cruelmente unos “delincuentes venezolanos que decidieron marcarlo”, podría morir mañana cualquier otra persona inocente.
El ingeniero era padre de dos hijos, producto de su primer matrimonio; con su actual esposa estaba viviendo su mejor momento, “eran inseparables”.
“Exigimos justicia y que no quede impune porque la próxima víctima podemos ser uno de nosotros, Dios nos vea con misericordia, su esposa está destrozada”, finalizó el familiar.
