El hoy occiso, a quien sus conocidos le decían Gordo Charly, se dedicaba al mototaxismo, pero hace una semana, aproximadamente, “había comenzado a trabajar como celador del negocio”.
Joaquín manifiesta desconocer por qué acabaron con la vida de su hijo Charly Agámez Cano, de 34 años de edad, en la noche del pasado viernes 30 de agosto, en la carrera 33 con calle 34 del barrio San Roque, en la localidad Suroriente de Barranquilla, Atlántico.
Agámez, apodado el Gordo Charly, fue ultimado a bala por un sujeto, siendo alrededor de las 10:10 p. m., así lo consignó la Policía Metropolitana de Barranquilla en su informe: “De acuerdo con lo manifestado por los testigos, esta persona se encontraba trabajando cuando ingresó un sujeto, esgrimió un arma de fuego y la accionó en contra de su humanidad. La víctima habría sido contratada, aproximadamente, hace 20 días; no presenta anotaciones judiciales”.
Una información similar fue entregada por el progenitor del hoy occiso, quien contó que su hijo se desempeñaba como decorador y mototaxista, pero llevaba una semana trabajando en la tienda como celador.
“Charly era un pelao mototaxista y se metió a cuidar la tienda, el señor le dijo que lo ayudara a cuidar y lo mataron. Él tenía como una semana trabajando allí, anoche yo estaba acostado cuando me dijeron que lo habían matado. Dejó tres hijos, yo hablé con él en la tardecita y me dijo: ‘Prepárame unas papas con chicharrón, que yo voy ahorita’ y nunca llegó”, contó Joaquín.
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