Miembros de la Iglesia Berea reclaman respuestas del pastor y éste afirma que el Señor le pidió guardar silencio.
Familiares de integrantes de la Iglesia Cristiana Berea han denunciado que tras la ficticia resurrección de Jesucristo el pasado 28 de enero, el pastor Gabriel Ferrer no ha aparecido para dar la cara ante sus falsas profecías.
Berea tiene sedes en el corregimiento de Isabel López y en el barrio Ciudad Jardín de Barranquilla; los miembros habrían dejado sus trabajos, estudios, vendido sus pertenencias y se habían alejado de sus familias tras las peticiones del pastor, quien insistía en que debían hacerlo para estar “puros” a la espera de la llegada del Señor.
No obstante, contrario a lo que han dicho otros medios, algunos familiares de integrantes de la comunidad de Berea dicen no poder asegurar que el pastor haya pedido dinero a los feligreses: “El hombre está loco, pero no tenía necesidad de quitarle dinero a la gente. Ese señor y la esposa ganaban muy bien como profesores y yo pienso que esa noticia de que se quedó con el dinero, es falsa”, manifestó la tía de un creyente que todavía se encuentra apoyando al pastor.
Aunque las autoridades verificaron que los miembros se encontraban por voluntad propia en la vigilia, muchos fueron los momentos de angustia que vivieron sus familiares, quienes llegaron a temer que ocurriera un suicidio colectivo.
Posterior a este escándalo, Gabriel Ferrer aclaró a través de un video en el canal de YouTube Berea Films Barranquilla, que no se cometería un suicidio colectivo porque eso iría en contra de la voluntad de Dios. “Esos pastores y ministros que se han suicidado, se han ido al infierno”, expresó.
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28 de enero, “día de la resurrección de Cristo”
Llegado el día de “el arrebatamiento” todo era caos y suspenso a las afueras de las sedes, pero luego de toda la expectativa, el 28 de enero llegó y no hubo resurrección. Un vocero de la iglesia desmintió que el pastor hubiese dado fecha exacta de la llegada de Jesús, lo que se contradecía con los testimonios que los mismos miembros de la iglesia le daban a sus familiares por chat, con la cuenta regresiva que tenía la iglesia en una de sus sedes e incluso con el video en el que el mismo Ferrer afirma que estaban “a pocos días del arrebatamiento”.
Hoy, cinco días después, familiares aseguran que la decepción y la pena se apoderaron de algunos miembros que no quieren volver a sus hogares por verguenza; otros, siguen creyéndole al pastor, y explican que todo se trató de un mal entendido: “Mi familiar sigue con su fe ciega hacia el pastor, justificando la falsa profecía porque él ahora dice que nunca dio fecha y que los feligreses lo malinterpretaron“, expresó a Impacto News una fuente de cuyo nombre se conserva reserva.
Familiares de otros integrantes de la comunidad cristiana aseguran que la ausencia y el silencio del pastor se pueden deber a la vergüenza de que sus profecías como la resurrección de Jesús y la de otras personas “muertas en Cristo”, no se hayan hecho realidad: “Pienso que se quedó sin argumentos para seguir sosteniendo sus mentiras“, comentó un familiar.
Una fuente de Caracol Radio asegura que el pastor dijo “no haber pedido dinero” y que diariamente una abogada llega a asesorarlo a su casa, donde al parecer se encuentra. Ferrer dice que le aconsejaron guardar silencio y la razón por la que muchos feligreses dicen no saber donde está, es porque al buscarlo en su casa en Barranquilla llenos de rabia, decepción e impotencia por haberlo dejado todo tras una falsa profecía, él no ha salido a darles explicaciones.
Informe: Laura Rocco