Además de hurtarle 3.500 euros, el ciudadano europeo, al que le hablaron maravillas de la Heroica, duró amarrado más de dos horas.
Por: Iván Peña Ropaín.
Cartagena de Indias, la considerada ciudad turística más importante de Colombia y una las más excelsas y apetecidas en la Latinoamérica por los extranjeros, otra vez vuelve a estar en el ‘ojo de los vituperios’ porque algunos de sus habitantes siguen perpetrando algún tipo de delito en contra de quienes la visitan y llevan dinero a la capital bolivarense para que esta crezca en su desarrollo económico.
Resulta que en esta ocasión no fue por las hiperbólicas tarifas que les cobran a los naturales de otros países, bien sea por un plato de comida, un paseo en lancha o un simple masaje en la espalda. Se conoció ahora el caso de un turista alemán, identificado como Jürgen Roland Franz, de 70 años, quien denunció ante las autoridades cartageneras haber sido víctima de los delitos de hurto y secuestro por parte de un mototaxista, situación registrada hace varios días.
De acuerdo a lo manifestado por el turista teutón, quien labora para la Fundación Médicos Sin Fronteras, luego de haber aterrizado en Cartagena se dispuso a tomar un taxi en las afueras del Aeropuerto Rafael Núñez con rumbo a un hostal en el que se alojaría y que estaba situado en el barrio Getsemaní, en el Centro Histórico, aunque por el afán que traía decidió tomar uno de esos vehículos particulares que operan en cercanías de la terminal áerea como transporte informal, los que inclusive cobran a veces más barato que los mismos taxistas pero los que no ofrecen garantía alguna en seguridad.

Jürgen contó con la suerte de llegar sin inconvenientes a enunciado sitio donde se hospedaría. Tocó la puerta durante varios minutos, sin recibir respuesta ante su llamado desde el interior. Continuamente, caviló un poco y cayó en cuenta de que había dejado olvidada en el baúl del carro que lo llevó a Getsemaní una de sus maletas donde tenía su pasaporte y tarjetas de crédito.
Debido a ello, el hombre mayor de edad optó entonces por caminar unas cuantas calles para buscar un medio de transporte que lo llevara, nuevamente, al Aeropuerto Rafael Núñez con la esperanza de poder localizar al conductor del vehículo particular que le hizo la carrera y recuperar de este modo sus pertenencias. Para infortunio del nacido en Alemania, lo único que encontró en ese momento fue un mototaxista, pero de esos que se dedican a robarle a los turistas llevándolos a zonas enmontadas de la ciudad donde quedan vulnerables.
“Cuando agarro la moto, me doy cuenta que no tomó la dirección del Aeropuerto, por lo que le dije que parara al percatarme que no era el camino correcto. El mototaxi tomó una ruta diferente, llegó a una parte boscosa y oscura y allí paró, me tira de la moto, me quitó los cordones de mis zapatos y empezó a amarrarme las manos. Todo el tiempo estuve sentado, me amarró con las manos hacia atrás haciéndome presión en la espalda con sus rodillas”, manifestó la víctima de este nuevo robo en Cartagena con voz temblorosa, al recordar su tremebunda vivencia, de la cual no pudo escabullirse porque en todo momento el mototaxista atracador condujo a una gran velocidad, por lo que sabía que si se arrojaba de la motocicleta sufriría graves golpes en su cuerpo.
Siguió su relato diciendo que el malhechor empezó a sacarle todo lo que tenía en sus bolsillos del pantalón que llevaba puesto, al tiempo que lo agredía con una piedra para amedrentarlo. “Me sacó más de 3.500 euros y dos celulares. Una vez terminó de requisarme todo, se llevó mi maleta grande que pesaba aproximadamente 20 kilos. También me pegó en la cabeza con una piedra“, denunció ante la Policía de Turismo de Cartagena, que aún no da con el criminal que se camufla en este trabajo informal.
Indicó que lo configurado también como un secuestro duró más de dos horas, permaneciendo en todo momento en la zona boscosa hasta que logró desatarse las manos y caminar hacia uno de los barrios que está ubicado en ese sector. “Empecé a ver a la gente que vive alrededor y ellos llamaron a las autoridades, quienes me ayudaron a salir de ahí. Fueron varias horas de tortura para mí”, puntualizó.
De ese amargo momento que vivió en la Heroica, la cual le recomendaron visitara porque era uno de los sitios turísticos e históricos más bellos del continente, pasó a un trance más afable, cuando, en compañía de policías, se dirigió al Rafael Núñez y se logró identificar el vehículo particular en el que se había quedado su maleta, advirtiéndose al tiempo que no hubo ninguna intencionalidad del conductor por devolvérsela a Jürgen Roland Franz.
Con ayuda de la Policía, revisaron las cámaras de seguridad ubicadas en las afueras del aeropuerto, lográndose ubicar al carro y a su timonel, quien terminó entregando la propiedad ajena en la que estaban el pasaporte y tarjetas de crédito, además de otros documentos valiosos para la víctima de esta nueva arremetida contra extranjeros en Cartagena.
“Cada hora que pasa me voy sintiendo mejor del trauma que pasé, tenía miedo de salir a la calle. Llegué a Cartagena de paseo y a enseñar a algunos estudiantes temas de medicina porque soy médico de urgencias”, expresó el ciudadano de Alemania, de quien dicen también “dio papaya” al tomar, primeramente, un carro particular y no un taxi de los designados por el aeropuerto, y segundo, por arriesgarse a coger un mototaxi.