“La plata se ve, pero en maquinaria pesada apagada, grandes huecos que dejó la remoción del terreno y muy pocos trabajadores”, cuestionó.
Una nueva crítica lanzó la diputada del Atlántico, Isabella Pulgar Mota, contra los gobiernos de Elsa Noguera y Eduardo Verano, a raíz de la falta de ejecución del proyecto de la Gran Vía, anunciada como la “autopista de ensueño” que por la carrera 51B comunicaría a Barranquilla con Puerto Colombia.
“La frustración por las promesas incumplidas de los gobernadores Elsa Noguera y Eduardo Verano es, por numerosas razones, un sentimiento que ya es demasiado doloroso para la paciencia y el bolsillo de los atlanticenses. La Gran Vía hoy es una obra prácticamente detenida en la que los contratistas ubican a unos pocos obreros a caminar de un lado para el otro para que no sea tan evidente la parálisis”, cuestionó la corporada.
Nuevamente, la asambleísta criticó que el estancamiento de esa obra se suma a la de otras como el Mercado de la Sazón y las Artesanías, la construcción de los centros de vida para los adultos mayores, las plazas y parques a medio construir, proyectos a los que se les ha invertido millonarios recursos y están “durmiendo el sueño de los justos”.
“El nombre de la Empresa de Desarrollo Urbano y del Caribe -Edubar SA- vuelve a aparecer como la entidad que escogió y adjudicó, demostrando un fracaso total en la misión de sacar adelante proyectos para los que, según la gobernación del Atlántico, iban a ser más expeditos y eficientes gracias a su experiencia”, sentenció.
Dividida en dos unidades funcionales, la primera desde la avenida Circunvalar hasta el Club Campestre y la segunda desde ese punto hasta la Universidad del Atlántico, en la Gran Vía, como lo anunció la exgobernadora Elsa Noguera, se han invertido dineros públicos por valor superior a los $200 mil millones provenientes de recursos propios y del orden nacional.
El primer tramo fue inaugurado por el gobernador Eduardo Verano en diciembre pasado con un atraso de más de un año y faltándole algunos detalles como bordillos sin terminar y zonas peatonales sin acabar. Asimismo, en el segundo sector, que debía estar al servicio en septiembre de 2024, hay un montón de tramos a medio hacer, que no solamente causan serios traumas a la movilidad, sino que además provocan millonarias pérdidas a los negocios aledaños.
“Esta vía entre Barranquilla y Puerto Colombia, que en su momento nos dijeron iba a mejorar la conectividad, incrementar la competitividad y dinamizaría aún más el turismo del departamento, hasta el momento lo único que muestra es falta de planificación, improvisación y despilfarro de los recursos. Se ven muy lejanos los 3,55 kilómetros de doble calzada, con ciclo ruta, zonas y puentes peatonales, glorietas, iluminación led, obras de urbanismo y redes eléctricas subterráneas”, exclamó Pulgar.
Por último, señaló que lo más preocupante es que, como está ocurriendo con muchas de las contrataciones de la gobernación del Atlántico, en el portal de contratación pública -Secop- no hay información actualizada.
“Nadie da información ni explicaciones sobre el porcentaje de avance de las obras, quién debe asumir las responsabilidades por los cuantiosos perjuicios a los propietarios de los inmuebles aledaños y lo más importante, acaso hay fecha de terminación. Hoy, a punto de comenzar el cuarto mes de 2025, la Gran Vía es simplemente una autopista de promesas incumplidas por la que están corriendo a gran velocidad las falsas palabras de Elsa Noguera y Eduardo Verano”, concluyó.