“Nuestras familias están felices, a través del Carnaval pudimos encontrar una reivindicación a nuestros errores”.
Por: Xilena Robles
Mientras retumbaba el sonido de los picós y el derroche de alegría se apoderaba de propios y extraños, en las cuatro paredes del Centro de Rehabilitación Femenino El Buen Pastor, 126 mujeres permanecían con nostalgia privadas de la libertad, enfrentando los retos de una nueva vida, dejando en el pasado sus errores, pero con regocijo en sus corazones, al haber sido productivas para el Carnaval de Barranquilla 2023.
Las celdas no fueron impedimento para volar como mariposas, tal como lo hizo Natalia de Castro en la Gran Parada de Comparsas. Las internas disfrutaron del Carnaval, día a día, tejiendo con hilos de fe accesorios y vestuarios, plasmando en los talleres de bisutería y costura del centro de rehabilitación, la esperanza de una pronta libertad.
Margarita Cantillo, líder en taller de costura, llegó hace 23 meses al penal. Allí ha tenido que sortear infinidades de dificultades que nunca la hicieron flaquear, y que le dieron fuerzas para encontrar entre los cortes y las máquinas de coser la posibilidad de sentirse libres, en el lugar que han denominado como “el muro de la oportunidad”.
Entre lágrimas, Margarita relató el momento en que junto a sus compañeras, emprendieron el reto de diseñar y confeccionar “Sueños de libertad”, uno de los vestuarios usados por la soberana de estas carnestolendas.
“Me siento orgullosa de lo que he logrado, a pesar de estar en este lugar. Cuando vimos el vestido montado en el maniquí no lo podíamos creer, nos mirábamos y solo decíamos ¿eso lo hicimos nosotras? Nuestras familias están felices porque a través del Carnaval de Barranquilla pudimos encontrar una reivindicación a nuestros errores”, expresó Cantillo.
“Somos unas artistas”
La llegada inesperada de Karen Viloria hizo que su alegría y los colores de una de las fiestas más importantes de Colombia quedaran guardadas en El Buen Pastor. El dolor vivido por las adversidades se convirtió en felicidad, gracias a las “cosidas de cada canutillo y cada mostacilla que lleva una pollera o tocado para el Carnaval”.
Karen confiesa que producir el vestuario de Natalia de Castro fue una mezcla de sentimientos. Todo inició con unos dibujos que fueron plasmados por ellas en un ejercicio creativo. Allí todas atinaron a pintar mariposas.
“Ninguna estaba viendo lo que hacía la otra, cada quien estaba concentrada en su trabajo. Cuando presentamos lo que teníamos quedamos impresionadas. Todas hicimos mariposas para Natalia, la reina es libre como el viento y nos regocija apreciarla lucir nuestras creaciones. Ahora dicen que somos unas magas creando”, agregó Viloria.
Del carnaval en las calles a ser parte productiva en El Buen Pastor
Desde el 2015, estas fechas son todo un acontecimiento en el reclusorio. Con sus propias manos, las internas crean sus disfraces y dejan volar su imaginación, celebrando el carnaval con un Viernes de Reina y una pequeña Batalla de Flores, donde desfilan sus anhelos de libertad.
Al igual que este año, para el Carnaval de Barranquilla 2022 las internas diseñaron y confeccionaron a mano un hermoso vestido para la soberana, Valeria Charris, labor que enmarca una verdadera resocialización.
El apoyo de la Fundación Hilos de Fe y el programa distrital Mano Libres, ha hecho que estas artistas cambien sus expectativas, bajo el lema: “las mujeres del Buen Pastor no lloran, las mujeres del Buen Pastor facturan”, siendo parte del Carnaval como creadoras de obras de arte.
Hoy, sus manos no delinquen, ahora se encargan de producir altos volúmenes de accesorios y vestuarios carnavaleros, anhelando una segunda oportunidad, para transformar los obstáculos en nuevas formas de vivir su realidad.
Gracias a esta labor, las internas han logrado obtener una retribución económica para llevar sustento a sus hogares, fortaleciendo de paso, la obra inmaterial de la humanidad: el Carnaval de Barranquilla.
