En Valledupar deberán corregir los fallos reportados en el Armando Maestre para esperar un nuevo dictamen de Conmebol, con el fin de poder disfrutar la fase de grupos de Sudamericana. Por Libertadores lo hará el dueño del Metro, Junior.
Por: Iván Peña Ropaín.
Alianza FC de Valledupar se clasificó a la fase de grupos de Copa Sudamericana, la noche del miérocles 6 de marzo, una vez venciera dos goles contra uno al América de Cali en la serie a juego único de la primera ronda de esta competición.
El conjunto valduparense ofició como local en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla, a raíz de que su casa Armando Maestre Pavajeau, en la capital cesarense, no cumplió con las especificaciones para acoger un cotejo por este torneo continental.
Luego de que se conociera que Alianza y América se enfrentarían en su ‘llave’ de primera ronda en la “otra mitad de la gloria”, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) hizo el respectivo sorteo para ver si este partido se daría en Cali o en Valledupar, ya que esa entidad futbolera maneja como nuevo formato que para la etapa previa al ingreso a la zona de grupos, las eliminatorias se deberán dar en una sola sede, la cual pertenecerá a uno de los dos clubes en disputa.
Las balotas determinaron que el epicentro que albergaría este partido sería el Armando Maestre, por lo que delegados de Conmebol se desplazaron a la tierra vallenata para la habitual inspección que se hace, y con anticipación, de los estadios.
Lastimosamente, para los intereses del Alianza FC y de sus hinchas, que ya empiezan a cogerle cariño a su nuevo equipo, les fue notificado que su escenario futbolero no cumplía con las normas y especificaciones requeridas.
Ante ello, sus directivas empezaron a buscar plaza, pensando de una en la casa del Junior de Barranquilla: el estadio Metropolitano, que le abrió de una sus puertas a su nuevo paisano costeño. Sin embargo, luego hubo una disyuntiva por si era en el Metro o no, principalmente, atendiendo a la hostilidad entre las ‘barras bravas’ del América y del Rojiblanco, pasando la bola luego para El Campín de Bogotá, pero sin concretarse nada. Al final, se decidieron por el Coloso de la Ciudadela, pero anunciándose que se jugaría a puerta cerrada para evitar conflictos entre las ‘barras’.
Ahora, todo pintaría que el máximo escenario de los barranquilleros también sería la casa del Alianza FC para su fase de grupos, sino pasa nada extraordinario y las autoridades en Valledupar “no se ponen las pilas” por corregir lo que les impidió gozar de la que fuera su primera aparición en la historia a nivel de clubes en un torneo internacional como lo es la Copa Sudamericana.
Ese de anotar, que por Copa Libertadores de América el conjunto Junior de Barranquilla la jugará en su habitad natural, empezando su participación desde la semana del 2 de abril, período para el que también arrancaría el segundo torneo de importancia de Conmebol y en el que jugarán los valduparenses.
Razones de Conmebol contra el Armando Maestre Pavajeau
De acuerdo había explicado en su momento a la opinión pública el propio presidente de Alianza, Orlando Ferreira, la Confederación Sudamericana les había manifestado en su informe negativo dos quejas en especiales sin meter el sistema de luces y las dimensiones de la cancha, que también revistieron dificultades.
“El informe es eminentemente relacionado con el tema de la cancha. El sistema de riego hay que ponerlo más acorde, porque ellos (Conmebol) encontraron que la humedad en algunos sectores no era la apropiada”, había dicho el directivo.
Anexando como la segunda quejica: “Hay sectores donde hay arena y no hay suficiente tracción que requieren los jugadores, y donde está naciendo el pasto tampoco hay tracción. Por esas razones y porque están en riesgo los jugadores, la Conmebol evita eso para una lesión y nos ha dicho que no”.
