“Durante estas casi tres décadas la angustia y el sufrimiento fueron de la mano”, reafirmó Martín Mestre.
Un día después de la extradición de Jaime Saade a Colombia para que cumpla la pena de 24 años ordenada por el Tribunal Supremo de Barranquilla, por el homicidio de Nancy Mestre en 1994, el padre de la víctima y precursor de todo este proceso que buscó hacer justicia, se pronunció sobre el hecho particular de que el asesino de su hija ya se encuentre recluido en una cárcel para que pague por ese delito.
Fue en una rueda de prensa desarrollada en Barranquilla que Martín Mestre entregó todos los detalles sobre este trasegar que duró 30 años, desde la muerte de su joven hija aquel 1º de enero de 1994, cuando querían hacerle creer que se trataba de un caso de autolesión, pero en realidad era un homicidio, que a su vez estuvo acompañado de un abuso sexual, hasta la captura y extradición de Saade Cormane este 11 de abril.
“En unión con mi familia me siento muy complacido y le damos gracias a Dios por haber permitido hacer justicia en el caso del asesinato y violación de nuestra hija y hermana, permitiendo que su asesino convicto pague la condena que le fue impuesta en una cárcel colombiana, luego de huir y esconderse durante veintiséis años en Brasil. Nunca perdí las esperanzas, siempre tuve fe en el Altísimo cuando le pedía que se hiciera su voluntad”, inició.
Explicó que no fue una tarea fácil, pero en colaboración con las autoridades desde ese nefasto inicio del año 1994, cuando de manera normal permitió a su hija salir con Jaime Saade a visitar a unos familiares por ser año nuevo, agradeciendo también a los medios de comunicación por ayudar a mantener viva su lucha e historia por aclamar justicia.
“Durante estas casi tres décadas la angustia y el sufrimiento fueron de la mano, porque la incertidumbre en buscar sin saber por dónde comenzar, sobre todo cuando lo más natural era preguntar de persona a persona aun a sabiendas que algunos sabían, pero por temor o por solidaridad o por complicidad con el asesino o con alguno de sus compañeros o igualmente con los que estaban allí en ese momento o habían participado de ese episodio inhumano. Muchos daban datos que se sabía eran incorrectos para confundir”, agregó.
Recordó que no hubo comandante de Policía que no visitara después del relevo normal, directores del extinto DAS o autoridad investigativa de la ciudad y en algunas ocasiones de la Costa Atlántica y en Bogotá, contándoles todo lo sucedido, con acerbos jurídicos y arreglos fotográficos que facilitaran la búsqueda y la posible captura o por lo menos mantener el caso con vida.
Consultas en la Dijín de la Policía Nacional, las agencias de Inteligencias de las Fuerzas Militares, DNI Nacional, Interpol Francia e Interpol Colombia y como ciudadano común y corriente oficiando a agencias de Inteligencias de otros países en donde se suponías que podía estar Saade, fueron el trasegar de Martín Mestre todo ese tiempo.
“Fueron 26 años de búsqueda incesante, hasta el 28 de enero del 2020 cuando el señor coronel Serna de Interpol Colombia me dijo: ‘Al fin fue capturado, señor Mestre acabamos de capturar a Jaime Saade con la ayuda de la Policia Federal de Brasil'”.
Jaime Saade, reseñó, residía en Bello Horizonte, en donde ya se buscaba y tenía una familia, esposa, dos hijos, un hombre y una mujer y se hacia llamar Enrique Dos Santos Abdala, con una identidad falsa para no ser descubierto.
“Después de eso, jamás nos imaginamos que todavía faltaban varias estaciones en este viacrucis de nuestra vida. El Superior Tribunal Federal de Brasil después de 9 meses negó la extradición de Saade a Colombia, aduciendo un empate en la decisión de la Sala. Me dediqué junto con el Dr. Ricardo Bustamante Rodriguez y el Dr. Fausto Muñoz Vilar, a preparar oficios para enviarlos a diferentes entidades del Gobierno Nacional y de Brasil que pudieran ayudarnos con el STFB para obtener la extradición, los que hacíamos traducir al portugués”, contó.
Aseguró que jamás pensó que iba a fracasar, pero no encontraba la salida, estaba muy preocupado y triste porque no encontraba que camino seguir, hasta cuando lo llamó una amiga del colegio de Nancy y le comentó sobre una amiga suya de nombre Margarita R. Sánchez, abogada barranquillera, egresada de la Universidad del Norte de esta ciudad y socia de una prestigiosa firma de abogados de Washington D.C. quien le ofreció los servicios para estudiar e “intentar revertir” el adverso fallo.
“Ella dijo ‘Martín, hay una ventanita’, refiriéndose a una posibilidad jurídica de apelar el fallo en contra y así fue, la Dra. Margarita, socia de la firma Miller & Chevalier, junto con el Dr. Bruno Barreto de Brasil y el Dr. Favio Humar de Colombia lograron revertir el fallo que negaba la extradición de Saade y llamar nuevamente a votación, lo que fue aprobado”, indicó Mestre.
Seguidamente, relató que ya tranquilos y felices porque el equipo de la la abogada Margarita Sánchez había logrado revertir el fallo del Supremo Tribunal Federal de Brasil, encontraron que en Barranquilla se estaba tejiendo una trama más. “Margarita nos llama para informarnos que en la Sala Penal del Tribunal Superior de Barranquilla se estaba haciendo una redocificación de la sentencia a Saade a 24 años de 27 que la fue impuesta, también estaban buscando la prescripción total, para si es extraditado saliera libre enseguida”, sostuvo el padre de Nancy Mestre.
Fue en ese instante que desde Miami llamó a Raúl Romero del Rio, también Profesional Oficial de la Reserva de la Armada, gran amigo suyo y quien terminó logrando frenar todo ese andamiaje que se estaba organizando para favorecer a Saade.
“Lo que he hecho no quiero que sea interpretado como una venganza, es algo mucho más profundo: era mi deber como padre lo que me llevó a perseguir al responsable del crimen y buscar hacer justicia. Con mucho agradecimiento dedico las palabras de este comunicado de prensa a ustedes amigos periodistas que durante tres décadas nos apoyaron, de lo contrario hoy no estaríamos aquí reunidos con la satisfacción de que se hizo justicia sobre el vil asesinato de nuestra hija y hermana”, culminó.
En su declaración, también aprovechó para agradecer al Gobierno Nacional, sobre todo al embajador de Colombia en Brasil, Guillermo Ribera, por la gestión y la atención dispuesta para ayudarlo a convertir esta lucha en realidad y que la justicia se encargara de hacer que su crimen no quedara impune.
“Hoy tenemos claro un concepto universal: un feminicidio no prescribe”, finalizó Martín Mestre.
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