Las autoridades han sumado más de 2.000 personas fallecidas.
Hacia las 4:10 de la madrugada de este lunes 6 de febrero, más de 2.000 personas es el saldo de las víctimas mortales que dejó un fuerte terremoto de magnitud 7,8 que dejó bajo los escombros a casi 11 ciudades ubicadas en el sur de Turquía y otras más en el noroeste de Siria.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan y el Centro de Coordinación de Emergencias y Crisis del Ministerio turco han indicado que la emergencia dejó afectadas las ciudades de Kahramanmaraş, Gaziantep, Şanlıurfa, Diyarbakır, Adana, Adıyaman, Osmaniye, Hatay, Kilis y Malatya donde sumaron 1.121 muertos y 5.300 heridos.
“Este es el peor desastre que ha vivido el país en el último siglo, después del terremoto de 1939 en Erzincan. También coordinamos las obras iniciadas después del terremoto. Esperamos superar este desastre juntos lo antes posible y con el menor daño posible, y continuamos con nuestro trabajo“, sostuvo el mandatario.
Las autoridades en Siria ha reportado 783 muertos y más de 3.000 heridos. Algunos han sido rescatados entre las ruinas, mientras que los demás están siendo buscados por un equipo de 76 especialistas enviados por el Gobierno británico para agilizar los trabajos que permitan salvar el mayor número de vidas.
Por su parte, Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) ha realizado varios monitoreos, encontrando que después del sismo, se han presentado aproximadamente 120 réplicas, pero 43 de estas ha sido de magnitud 4,3 y tres fueron superiores a 6.0.
Ante la emergencia, más de 40 países, entre ellos 13 de la Unión Europea y Estados Unidos han dispuesto sus fuerzas para fortalecer los planes de rescate para los desaparecidos y la reubicación de las personas afectadas para que puedan recibir asistencia médica y alimentaria.
Un niño sirio fue rescatado entre los escombros
Un grupo de rescatistas sirios desarrollaban sus trabajos, esperando encontrar algún rastro de personas entre los escombros, pero los gritos de auxilio de un niño, les devolvió la esperanza a los rescatistas, quienes trataban de dar con el paradero del menor a través de señales, mientras retiraban parte de las piedras.
El infante, de aproximadamente 5 años, que vestía de buzo y pantalón blanco, fue hallado con vida, aunque presentaba algunas lesiones en su cabeza y en otras partes de su cuerpo, por lo que fue entregado a miembros del personal médico, quienes se encargaron de verificar su estado de salud.
