La trayectoria de ambos los puso a besar la Liga argentina y la Copa Libertadores, siendo lo mejor que lo hicieron con “el equipo de sus amores”: Estudiantes de La Plata de Argentina.
Por: Iván Peña Ropaín.
La historia en el fútbol del país que es el actual campeón del mundo: Argentina, dejó entre sus huellas la escena de un papá e hijo quienes fueron muy buenos jugadores de fútbol, que se pusieron la sagrada camiseta de su Selección, que supieron qué se siente levantar una Copa Libertadores, que brillaron uno en la delantera y otro en el mediocampo y quienes compartían un amor desenfrenado por Estudiantes de La Plata.
Estos son Juan Ramón Verón y Juan Sebastián Verón, bautizados en el ambiente de este deporte con el remoquete de La Bruja y La Brujita, aunque hay que decir que, la tarde del martes 27 de mayo, se conoció de la partida de este mundo de quien fungía como padre en este dúo futbolero de la familia Verón. Murió en su natal ciudad de La Plata en un centro asistencial.
Juan Ramón, quien falleció a sus 81 años, estuvo en la actividad futbolística por casi 20 años, entre 1962 y 1981, mientras que Juan Sebastián, quien está en sus 50 y labora como presidente de Estudiantes, actuó entre los años 1993 y 2012, también por casi dos décadas.
El palmarés de títulos deportivos y distinciones individuales es, indudablemente, muchísimo más amplio para La Brujita, pues en su época de jugador estaba en su apogeo el estallido de la venta de jugadores argentinos al exterior, especialmente al balompié europeo.
Fue precisamente en el Viejo Continente, que su pupilo tuvo un largo itinerario. Después de su paso por los clubes “gauchos” Estudiantes y Boca Juniors, caló en el 96 en La Sampdoria de Italia, recorriendo seguidamente en un tramo de 10 años varias escuadras de ese país como Parma y Lazio y luego emigrando a Inglaterra con el Manchester United y Chelsea, para finalmente culminar su estadía en tierras europeas con el italiano Inter de Milán.
Juan Sebastián enarboló dos Serie A, tres Copa Italia, dos Supercopa de Italia, una Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa, pero brillando también en Sudamérica, cuando viendo el retiro a la vuelta de la esquina, decidió en 2006 regresar a su nación y jugar con su Estudiantes de La Plata.
En el retorno “al club de sus entrañas”, quien fue nominado cuatro veces de forma consecutiva (1998, 1999, 2000 y 2001) al ‘Balón de Oro’, conquistó dos Ligas argentinas y la codiciada Copa Libertadores de América. Ese trofeo continental ganado frente al Cruceiro de Brasil fue el último logrado en su carrera antes de su retiro, siendo ese mismo laurel el que le dio el mayor destello a la carrera de su papá.
La historia para Juan Ramón en las canchas reza que a nivel internacional besó tres Libertadores y todas adjudicadas con Estudiantes en los años 1968 ante Palmeiras de Brasil, en 1969 frente a Nacional de Uruguay y en 1970 al Peñarol de Uruguay, lo que coronó a ese plantel del club apodado Pincharratas como tricampeones.
Y como se dijo, los mayores galardones de la Bruja Verón fueron por competiciones continentales, contándosele igualmente una Copa Interamericana que le arrebataron al Toluca de México en 1969 y, la quizá más transcendental, una Copa Intercontinental tras derrotar en final de ida y vuelta al portentoso Manchester United, dando la “vuelta olímpica” en suelo inglés.
También se le cuenta en su performance la Liga argentina en 1967 y el título que representó en 1977 la primera estrella para Junior de Barranquilla, tercera escuadra en la que militó fuera de Argentina junto al también colombiano Cúcuta Deportivo y al griego Panathinaikos.
A diferencia del dilatado legajo que expone su hijo Juan Sebastián “la Brujita” Verón, los anales de Juan Ramón “la Bruja” Verón informan que no pudo gozar de la posibilidad de agarrar reconocimientos individuales.
