La fémina fue una de las dos víctimas que perdió la vida en el ataque sicarial registrado la madrugada del domingo al interior de un billar.
Una amplia investigación realizan las autoridades por la acción criminal en el que perdieron la vida tres personas, un hombre, una mujer y el presunto sicario, en la madrugada de este domingo 17 de marzo en la calle 29 con carrera 28, barrio Rebolo, al suroriente de Barranquilla.
“En las últimas horas se presenta un hecho en el barrio Rebolo, al interior de un establecimiento público, donde un particular ingresa al mismo disparando contra dos personas, las cuales debido a las heridas pierden la vida”, señala el reporte policial.
Añade el informe que “en la huida el delincuente es alcanzado por la comunidad, quienes lo despojan del arma de fuego y lo agreden, provocando que también fallezca”, expresó el coronel Dave Figueroa, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla.
Artículo relacionado: “Sicario asesinó a dos personas, en la huida resbaló y la comunidad acabó con su vida”: Policía
Las dos víctimas iniciales fueron identificadas como Francisco Jesús Lizcano Carrillo, de 41 años y Zuelen del Carmen Alvear Olmos, de 30 años. Ambos fallecieron minutos después en el Hospital General de Barranquilla mientras recibían atención médica.
Sobre estos dos occisos Impacto News pudo conocer más detalles al dialogar con algunos familiares que se encontraban devastados por la pérdida de sus seres queridos. Sobre la femenina se conoció que era madre de dos hijos de 10 y 3 años, laboraba en una empresa y se encontraba en el billar donde ocurrió el hecho de sangre en compañia de su pareja sentimental.
“Zuele era una gran mujer, no tenía problemas con nadie. Estaba compartiendo en el lugar equivocado con su esposo, como cualquier otra persona y desafortunadamente una bala le dio y no se pudo hacer nada, pero pedimos justicia por ella”, manifestó una hermana de la mujer asesinada.
Por otra parte, la madre de Francisco Jesús Lizcano anotó que este era ingeniero de Sistemas de la Universidad Autónoma del Caribe, dónde llevaba 20 años laborando, además, tenía dos hijas. “Le pido a Dios que se haga justicia por la muerte de mi hijo”, expresó la progenitora.
“Queremos que se haga justicia”, la frase que ambas familias, hoy sumidas en la tristeza y el dolor, expusieron públicamente a través de los micrófonos del reportero urbano Alexander Ojito para Impacto News, mientras que las autoridades investigan lo sucedido e informaron sobre la captura del presunto cómplice del sicario ultimado por la comunidad con su propia arma de fuego.
Informe: Alexander Ojito-El ojo de la calle / Luis Ángel Terán
