La mujer denunció a su pareja por presunto acceso carnal abusivo contra su hija de seis años.
Betzibel Romero asegura vivir un calvario por desconocer sobre el paradero de su hija quien, presuntamente, fue víctima de acceso carnal abusivo por parte del padrastro y por ello quedó bajo el cuidado del ICBF.
Si bien funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se han comunicado con ella para explicarle que la menor se encuentra en buen estado, la mujer asegura que no le han dicho dónde está y que por el contrario, le han informado que debe esperar entre 15 y 20 días para obtener dicha información.
Romero, natural de Venezuela, decidió a alzar su voz ante Impacto News y en las redes sociales en procura de obtener una respuesta más rápida ya que se encuentra angustiada porque su hija, además de ser posible víctima de abuso sexual, ahora está lejos de su familia.

Esta madre conoció un caso similar compartido en nuestro portal de noticias y se contactó asegurando que ella también necesita saber dónde está su hija, haciendo referencia a otra madre venezolana cuya hija estaba bajo el cuidado de una madre sustituta y ya le fue devuelta en custodia compartida con la abuela materna de la menor.
La madre de la niña denunció al presunto agresor
Betzibel, su compañero sentimental, y los hijos de ella, convivían en una vivienda de Barranquilla, donde el hombre habría atentado contra la integridad de una de las niñas.
“Yo puse una denuncia en contra de mi pareja, porque el sábado la niñera comentó que la nena le dijo, que mientras la bañaba su abuelito, este le tocaba el coquito. Yo le digo que eso es imposible porque a ese señor tengo seis años que no lo veo, y pensé que podría ser mi pareja, que era el único hombre viviendo en la casa”.
La mujer decidió preguntarle a su hija sobre los hechos, quien en primera instancia no le contestó y se puso a llorar.
“No sé si lo hizo porque el que era mi pareja estaba en la casa, la niñera se la llevó al cuarto, yo me fui a trabajar para que me pagaran y así poderla llevar al médico. Yo eché a mi pareja argumentando otras razones aparte de lo que la muchacha me dijo, él accedió a irse”.

El domingo, ya sin la presencia del hombre en el hogar, ella le volvió a insistir a su hija, quien le dio la misma versión que le había entregado a su niñera.
“Yo le pregunté si él le hizo algo, le dije que no la iba a regañar ni hacer nada, me dijo lo mismo y ella misma me señaló cómo él lo hacía, de inmediato yo la llevé al Camino La Manga“.
En el lugar le informaron que las partes de la menor estaban íntegras, pero que tenía una irritación; además, la trabajadora social, dos doctoras y la psicóloga, acompañaron a la pequeña mientras le preguntaban si alguien la había tocado y quién había sido, la pequeña contestó lo mismo diciendo que el padrastro lo hizo una vez.
También, le preguntaron a la menor si la agresión había sido con otra parte del cuerpo del hombre, ella dijo que no y que cuando el sujeto lo hizo ella le indicó que iba a decírselo a su mamá.
Una dura situación que afrontar distanciada de su hija
Se activó el “código rosa”, a la niña la ubicaron en una camilla, su madre la acompañaba y desde la URI de la Fiscalía le pidieron ir con la menor para colocar la denuncia y dar el testimonio de la víctima.
“La trabajadora social me dijo que la niña no podía salir hasta que yo pusiera la denuncia, yo salí a la URI para ponerla, cuando regresé al Camino La Manga la doctora se había ido y cuando yo les mostré el papel para decirles que tenia cita con la psicóloga de la URI me dijeron que no podían darme una orden para sacar a la niña porque la trabajadora social no había dejado”.

Al día siguiente cuando la trabajadora social regresó le permitió llevar a la niña a la URI. Allí el psicólogo reunió a la menor y a la niñera, pero la pequeña se quedó callada y no relató lo sucedido.
“El muchacho fue muy amable, pero creemos que como es un hombre ella no hablaba; entonces, me dijeron que debía traer a mi mamá, quien reside en Medellín, para entregarnos a la niña y que ellos me ayudarían por una noche llevándola con una madre sustituta”.
Desde ese día, 23 de noviembre, Betzibel no ha visto más a su hija, pues al llegar su madre desde Medellín, cuenta que el requisito hecho para poderles entregar a la menor fue distinto.
“El 24 me voy al mediodía con mi mamá, la doctora que nos atendió anteriormente nos hizo pasar, nos dijeron que no la podían entregar porque supuestamente ellos habían pasado el caso a Medellín y que tenía que esperar entre 15 y 20 días para darnos la información de la niña, le pidieron los datos a mi mamá y dijeron que si yo me iba con ella a Medellín me devolvían a la niña y no me quitaban a las otras”.

Romero accedió a irse de Barranquilla, antes de ello, el 25 al ir por la niña le indicaron que primero debían verificar en Medellín las condiciones en las que vivía la abuela de la pequeña.
“Dos de mis niños están con su progenitor, yo ahora estoy en Medellín con mi mamá y mis otras dos niñas. El día de ayer en la mañana me llamaron diciéndome que pasara el número de teléfono de la niñera y del dueño de la casa donde vivía arrendada en Barranquilla porque deben interrogarlos”.
Betzibel indicó que en estos días un funcionario del ICBF se ha comunicado con su madre y con ella, pero le insiste en que debe esperar entre 15 y 20 días para tener más información de la niña.
“Él me dice que el proceso es largo, me dijo que la niña está bien, pero yo quiero verla, saber dónde está, con quién, quiero saber por qué me hicieron llevarme a mi mamá a Barranquilla y después hacerme venir a Medellín y no me han entregado a mi hija”.
Este jueves, la mujer aspira completar los pasajes para regresar a Barranquilla pues asegura no sentirse tranquila y exige una pronta respuesta a sus dudas.
Impacto News comparte el llamado angustioso de una madre que solo busca ser escuchada, recibir información sobre su hija y poder volver estar a su lado.