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“Las personas están por encima del fútbol, cada vez da más miedo ir a los estadios”: Yesus Cabrera

El jugador del Junior rechazó los actos de violencia ocurridos en el Metropolitano.

Por: Iván Peña Ropaín.

La violencia vivida en las afueras del Metropolitano y en la tribuna Occidental Alta, en la previa y durante el partido que el domingo pasado sostuvieron Junior de Barranquilla y América de Cali, sigue generando rechazos, no solo de aquellos que van con alegría y paz al estadio a disfrutar del espectáculo deportivo, sino de los actores principales, los jugadores.

En su cuenta de Twitter, el volante cartagenero del Junior, Yesus Cabrera, quien jugara también en el equipo caleño temporadas atrás, tuiteó un mensaje de rechazo por los hechos acaecidos en el que más de tres personas resultaron heridas, una con complicaciones serias por la fuerte golpiza de la que fue objeto por quienes serían barristas del equipo barranquillero, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

Yesus, en uno de los apartes de su escrito, señaló: “cada vez da más miedo ir a los estadios, compartir ese momento en familia…”.

Y no es para menos el pronunciamiento y repudio del creativo ‘rojiblanco’, ya que las hostilidades en el Metropolitano tomaron graves dimensiones que pudieron desencadenar una tragedia, cuando en plena gradería de Occidental Alta los barristas de Junior que de Sur y Norte se volaron las rejas que separan dicho sector, emprendieron una ‘cacería’ con cuchillo y puñal en mano de barristas infiltrados del rojo caleño.

Lo también delicado y que puso en jaque la logística en el estadio y las requisas policiales fue que cuando estos barristas americanos fueron descubiertos por los junioristas, igualmente sacaron armas blancas y desataron un caos que dejó en la mitad a aquellos asistentes que observaban tranquilamente el partido.

Como dijo un aficionado cuando salía del Metropolitano al culminar el partido que terminó ganándole Junior 1-0 al América: “de vaina no hubo varios muertos, qué negligencia la del staff del estadio y de la Policía Nacional al situar a solo cuatro uniformados en las fronteras de la tribuna (Occidental) con Norte y Sur y por permitir que esos locos, dizque hinchas, ingresaran navajas y cuchillos”.

Reforzarán medidas

Al respecto de dicha problemática en materia de seguridad, el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Jhon Sepúlveda, entregó como balance: “Se lograron controlar dos riñas y por lo menos 60 hinchas del América fueron retirados del estadio. Tres menores fueron conducidos a la UCJ. Se presentaron dos lesionados por intolerancia, al interior del estadio y uno más, a las afueras”.

Sobre el número de policías dispuestos para este encuentro que, sin duda revestía una elevada tensión en su seguridad, el alto mando policial informó que el despliegue fue de 1.000 uniformados tanto dentro como fuera del escenario deportivo, promedio que se maneja para partidos como este.

Es de anotar que con relación a lo anterior, en el Capítulo II del ‘Protocolo para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol Colombiano’, emanado por el Ministerio del Interior, en su artículo 2.5 denominado ‘Organización Interna del Evento Futbolístico’ (páginas 18-19), se establecen los aspectos de caracterización en materia de seguridad de los partidos de fútbol, por lo que para muchas personas que asistieron al duelo entre el conjunto barranquillero y  el caleño, no se cumplió a cabalidad tal directriz por parte de la logística policial.

Sin embargo, en los lineamientos establecidos en dicho artículo se lee que el número de personal de la Policía Nacional será determinado según la especialidad, no se fija en el documento un número específico al cual se tenga que apelar para un partido tipo A como el que se dio el pasado domingo en Barranquilla.

A raíz de estos últimos hechos de alteración del orden público, las autoridades de la ciudad anunciaron reforzar los controles en el estadio.

“Estaremos cubriendo puntos críticos dentro y fuera del estadio. Además, se organizará una mesa de trabajo con el programa de la Secretaría de Gobierno, ‘Quilla goles por la paz’, Policía, Ministerio Público y barristas para mejorar la convivencia dentro y fuera del estadio”, expresó Jeniffer Villarreal, secretaria Distrital de Gobierno.

Decreto 1066 de 2015 del Ministerio del Interior 

¿Se confiaron?

Si bien no existe una camisa de fuerza en tal ‘Protocolo para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol Colombiano’ en cuanto a conminar a las autoridades a determinado número de uniformados para los partidos Tipo A (alto riesgo), Tipo B (medio riesgo) y Tipo C (bajo riesgo), en los testimonios dados por junioristas que terminaron en medio de la batalla campal registrada en la tribuna Occidental Alta, estos se preguntaron si las autoridades y la logística del estadio se confiaron.

Versiones coincidieron en que solo cuatro agentes policiales custodiaban los límites de Occidental Alta con Norte y Sur, hecho que dio mayor margen para que los hinchas antisociales se volaran las rejas y desataran el caos cuando, con armas cortopunzantes en mano, se encarnizaron en una cacería de los barristas infiltrados del América.

Además de esto, no se reforzaron las medidas, en un partido que siempre provoca enfrentamientos entre dos barras que, al parecer, no han podido llegar a una tregua, ya que siempre que juegan en Barranquilla ambos equipos, hay disturbios o enfrentamientos, ocurridos incluso en la Terminal de Transporte.

En la misma línea, fue evidente que no se robustecieron las medidas de seguridad para ese cotejo, aún sabiéndose que las barras de los ‘Diablos Rojos’ son consideradas una de las más conflictivas en Colombia, por lo que en diversos estadios su ingreso está vedado.

Peor la cosa, de acuerdo a la información suministrada por Jhon Sepúlveda, ese día lograron ingresar a dicha gradería cerca de 60 hinchas del conjunto vallecaucano. Ello obligaba a una mayor vigilancia en esa zona del estadio.

Tal descontrol también se respiró en inmediaciones del Metro, con varios cruces entre supuestos barristas, agresiones a uno que lo mandó a un centro asistencial e interceptaciones de seguidores de Junior pidiendo cédulas e inspeccionando a todo el que no portara algún distintivo del ‘rojiblanco’, “situaciones que se hubiesen evitado si las autoridades no se hubiesen confiado”, opinó otro de los junioristas que logró salir a tiempo de Occidental Alta, antes de que estallara la guerra.

Lastimosamente, los altercados reportados empañaron la buena labor que venían desempeñando hasta ahora las barras de Junior, las cuales el año pasado, en varios partidos, fueron garantes para que barras visitantes como las de Quindío, Atlético Nacional, Deportivo Cali, entre otras, ingresaran y salieran sin problemas del coloso de la Murillo, actitud agradecida por dichas hinchadas que prometieron brindarle el mismo trato y acompañamiento cuando les tocara ir a sus ciudades.

La penúltima trifulca registrada en el Roberto Meléndez se dio el 28 de octubre de 2021 cuando Junior empató 0-0 contra Quindío, pero no contra la hinchada rival, sino cuando un grupo de fanáticos junioristas ingresaron al terreno de juego a increpar a los jugadores por el mal rendimiento del equipo.

Imagen del video que muestra a hinchas de Junior ingresando a la cancha en octubre pasado

Con todo lo que han dado de hablar las recientes situaciones hostiles en el juego ante los americanos, la afición juniorista que va a disfrutar en paz de los partidos solo aguarda que el refuerzo de las medidas anunciadas por la autoridad Distrital no sea algo momentáneo, sino que se mantenga para todos los partidos, para que así las personas puedan asistir en familia, con sus hijos y amigos a ver fútbol y no a ver peligrar sus vidas.  

     

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