Muy felices se les veía en los últimos días a los propietarios del negocio, quienes gozan de un gran afecto de la comunidad, ya que no hacía mucho mejoraron con pintura la fachada del mismo.
Con aquella inolvidable frase que nos dejó el gran humorista mexicano Roberto Gómez Bolaños: “¡Oh! ¿Y ahora quién podrá defendernos?”, andan en su boca varios de los habitantes del barrio San Isidro al no ver una “mano contundente” por parte de las autoridades competentes frente al flagelo de la extorsión, el cual habría llevado a que los propietarios de otra tienda en esta zona del suroccidente de Barranquilla bajen sus esteras por temor a ser asesinados por los extorsionistas.
A Impacto News siguen llegado anónimas denuncias ciudadanas sobre esta problemática que golpea con ferocidad a los tenderos de dicho sector, quienes, como igualmente viene acaeciendo sin control alguno en distintos puntos del sur de la capital del Atlántico y de su Área Metropolitana, “si no pagan, será mejor que cierren porque se exponen a morir a balazos”, tal como nos comentó un morador de San Isidro, a quien protegemos su identidad por seguridad.

El nuevo punto minorista que decide no seguir prestando sus servicios a la comunidad por el posible cobro de ‘vacunas’ del que es víctima y el cual se sitúa a la altura de la carrera 27 con calle 48, se configuraría como el segundo que en menos de un mes se ve coaccionado por el hampa en este tradicional barrio barranquillero, conociéndose el primero de los casos a comienzos de este mes de agosto y cuyo negocio se encuentra ubicado a pocas cuadras, en la carrera 26B con calle 51.
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A diferencia de este nuevo suceso y que le recuerda al ciudadano de a pie la alta inseguridad que se vive hoy en la Arenosa, en el que los ciudadanos fueron quienes alertaron a este portal noticioso sobre el motivo del cese de labores de la tienda, en el primer hecho anómalo reportado por Impacto News fue el mismo administrador del local comercial quien denunció lo sucedido, a través de un mensaje que publicó en la historia de WhatsApp del número que utilizaba para los domicilios.
Apropósito del negocio ubicado en la 26B con 51, su dueño y trabajadores informales, según fuentes confidenciales, ya renunciaron a trabajar en tiendas como causal de la vulnerabilidad que advierten se encuentran ante la notoria falta de apoyo de las autoridades de la ciudad, por lo que ahora se les ve elucubrando respecto a qué harán para ganarse la vida, pero, eso sí, que no sea en algo similar en el que ponen en riesgos sus integridades físicas.

Y es que en San Isidro, como lo ha venido informando Impacto News, la mayoría de tiendas y otros locales comerciales están siendo extorsionados y, los que continúan funcionando, es porque no tienen de otra que pagar. Sin embargo, se les complica el panorama a sus titulares o a los administradores, por lo que mejor deciden cerrar sus puertas de forma definitiva, cuando son objetivos de dos o más grupos delincuenciales urbanos.
“¡Ajá! Ante la carencia de alguien que nos proteja, papi, nos toca pagarles, hay que subsistir, hay que trabajar, pero honradamente, eso sí. Loco, pero la vaina está cuando ya son dos y hasta tres grupos los que nos exigen dinero, hasta allá no nos da. Entonces, cerramos y nos ponemos mejor a mirar a qué nos dedicamos”, expresó a este medio de comunicación quien administra una farmacia.
Tristemente, la comunidad de este sector del suroccidente de Barranquilla pone sobre la mesa un crudo vaticinio: “Antes de que finalice el año, nos quedaremos sin tiendas, y lo más lamentable, no hay nadie que nos defienda. Lástima que no existe el Chapulín Colorado para invocarlo, porque pese a lo muy cobarde que es, al menos a ese superhéroe ficticio sí se le ve nobleza y le pone ganas a la hora de defender al inocente”, sostuvo por su cuenta otra cívica.




