Varios de los infractores fueron ubicados minutos después del evidente atraco, pero desde esa ciudad turística no se informa claramente si le devolvieron o no el dinero a la afectada.
Por: Iván Peña Ropaín.
En lo que no fue más que un notable acto delictivo de constreñimiento, desde la turística Cartagena, una vez más, se viraliza una noticia por cuenta de una visitante peruana a quien un grupo de vendedores de ostras y mariscos y una masajista que laboran en las playas de Bocagrande, le cobraron respectivamente 700 mil y 150 mil pesos colombianos por unas simples degustaciones y por la “muestra gratis” de un masaje en el cuerpo.
Ante las autoridades policivas de la ciudad denunció lo vivió esta extranjera, luego de que fuera víctima, lo que no tiene otro calificativo, del hurto bajo presión perpetrado por estos trabajadores informales, quienes en vez de actuar de buena fe para dejar una afable imagen de su ciudad y así lleguen más visitantes que les produzcan ganancias económicas, lo que hacen es que con sus pérfidas actuaciones no quieran volver más por allá.
Según lo que narró la mujer inca, prácticamente fue obligada a darles la gruesa suma de dinero. Empezó relatando sobre lo sucedido, que todo comenzó tras las insistencias de esos vendedores porque probara los productos de mar, respondiéndole ella que no le gustaba eso, pero cometió el error de paladearlo y, al terminarse de consumir las muestras, le cayeron de una como “seres hambrientos” para presionarla con el fin de que los pagara.
Para rematar su desdicha, en medio de la insistencia de quienes le vendieron los alimentos marítimos porque les pagara rápido para poder irse y seguir “trabajando”, o más bien robando, fue abordada por una de las típicas morenas que hacen trenza y dan masajes con aceite en los cuerpos de las personas, principalmente, de los turistas que van a las playas cartageneras. Y la peruana, aturdida por lo coacción que ejercían sobre ella, terminó accediendo para que le masajearan su figura, y aunque era una simple “pruebita”, le terminaron cobrando $150 mil.
Ante esos excesivos y abusivos cobros, la peruana se negó a asumirlos alegando que eso no fue lo que le dijeron en un principio y que tampoco tenía esa plata a la mano, por lo que, “muy amables” estos usureros, le dijeron que la acompañarían hasta un cajero electrónico para que retirara los ahora 850 mil pesos.
Al sentirse intimidada y en pánico, contó a la Policía en su denuncia, se dirigió hasta uno de estos puntos conocidos como “banco electrónico” y retiró dicha suma, la que indicó quería dárselas lo más rápido posible para quitárselos de encima.
Según se lee en medios de comunicación de Cartagena, después de que los incuestionables “ladrones” se fueron con su dinero, asesorada luego por personas que notaron el nerviosismo de la turista, la ayudaron para que denunciara su caso en el WhatsApp ‘Titán Chat’; a través de este medio dispuesto por la Alcaldía de Cartagena, se busca ponerle mano dura a estas situaciones ilícitas en las que incurren muchos vendedores informales, especialmente.
Cuando fueron ubicados estos “trabajadores” en otro sector de la playa en Bocagrande, menos a la morena, les exigieron que le devolvieran el dinero que le cobraron arbitrariamente, no especificándose aún en las informaciones noticiosas si el mismo fue retribuido o no.
