Tal situación habría sido previo al partido contra Unión, por lo que se dice fue relegado de la convocatoria para ese duelo.
Por: Iván Peña Ropaín.
El futbolista soledeño Luis ‘El Chino’ Sandoval habría incurrido, como en épocas atrás cuando estuvo vistiendo la Rojiblanca, en actos de indisciplina, lo que le habría costado que el cuerpo técnico no lo hubiese convocado para el partido de la fecha pasada ante Unión Magdalena.
Aunque esos temas se tratan de manejar en la interna de los clubes de manera sigilosa para evitar las polémicas noticiosas, casi siempre estas informaciones se terminan filtrando a la prensa y, posteriormente, enterándose la opinión pública.
En esta oportunidad, se ha informado que el futbolista de 23 años habría llegado en un alto grado de alicoramiento a la práctica previo al juego contra Unión Magdalena, dado el pasado jueves 9 de febrero en el Metropolitano y que terminó cero a cero.
Aunque ni la institución barranquillera ni el propio jugador han salido a desmentir o aclarar lo que se viene ventilando en las última horas, para muchos este tipo de comportamientos de ‘El Chino’ no se les hace extraño por sus antecedentes estando en el equipo.
Salieron a rememorar el 22 de julio de 2020, cuando en plena pandemia desatada por el Covid-19, el delantero fue conducido a una Unidad de Servicios Especializados en Convivencia Ciudadana y Justicia (UCJ), luego de que, junto a su esposa con la que se movilizaba en su automóvil, tuviera un altercado con unos policías cuando provenía de un sepelio en la población de Tasajera (Magdalena).
O cuando, ese mismo año de calamidad pública por el mortal virus, miembros de la Policía Nacional fueron hasta su apartamento, ubicado en ese entonces en un conjunto residencial de Miramar, atendiendo al llamado de otros moradores de la edificación que se vieron obligados a llamarlos porque estaban cansados de un ‘parrandón’ que tenía el jugador junto a un grupo de amigos.
Por tal motivo, se había dicho que se empezó a tratar su caso desde el equipo barranquillero, por lo que se le dio salida del equipo en condición de préstamo, incorporándose en 2021 al club Fortaleza de Bogotá, pasando al año siguiente (2022) a Águilas Doradas de Rionegro para retornar, nuevamente, al Tiburón para la temporada que cursa. La idea era ver si el cambio de ambiente le ayudaría a mejorar su conducta sediciosa.
Así como también se anda recordando en redes sociales cuando se decía, una vez ascendió del Barranquilla F.C. al Junior, de sus gustos excesivos por las fiestas y el licor, viéndosele en varios lugares de la ciudad cuando debería estar concentrado con el equipo.