La cámara de Impacto News y El Ojo de la Calle visitaron la humilde vivienda del vendedor ambulante que pereció al ser arrastrado por un arroyo en Barranquilla.
Allí, en el barrio Evaristo Sourdis, encontramos a la señora madre de Joel con el corazón partido por la ausencia de su hijo Joel quien con la venta de helados llevaba el sustento a su hogar.
María Fernanda Díaz, sobrina e hija de crianza de Joel, no supera la muerte de Joel. “No merecía morir de esa forma, era un hombre trabajador, Joel había nacido en Barranquilla pero toda su infancia la pasó en La Dorada, Caldas, luego nos fuimos a vivir a Puerto Berrío de donde salimos desplazados por la violencia en el año 2005 y llegamos a Barranquilla”, afirma.
El cuerpo de Joel Díaz fue velado en la funeraria Los Alpes, luego se le brindó cristiana sepultura en el cementerio Universal.