A quien llamaremos “Pedro”, ya que pidió proteger su identidad, relató a Impacto News lo que vivió con su pequeño de 12 años antes, durante y después del juego entre Junior y América.
“El culpable de que esto ocurra en los distintos estadios del país, siendo el de Barranquilla uno de los más complicados por la violencia e inseguridad que siembran esas ‘barras bravas’, son las autoridades policiales, gubernamentales, la que rige el fútbol colombiano y hasta los propios clubes”. Esto empezó declarando a Impacto News un juniorista cuyo hijo fue hostigo por ‘barristas’ antes, durante y después del partido que protagonizaron Junior y América en el Metropolitano y que ganó el cuadro costeño 3-1.
A quien llamaremos “Pedro”, puesto que solicitó proteger su identidad, ya que por ser abonado asiste a todos los partidos del Rojiblanco como local y el que lo identifiquen “miembros de las barras del Junior” pondría su identidad en riesgo, contó la odisea que vivió junto a su hijo de 12 años de edad desde metros de distancia del Coloso de la Ciudadela.
“Yo vivo cerca del Metro y me fui a pie como siempre hago, pero esta vez quise invitar a mi hijo por todo el tema de la fiesta y alegría que generan este tipo de partidos, un clásico en Colombia, pero nunca pensé que el que mi hijo no fuese con la de Junior le devengaría una muy terrorífica experiencia”, relató Pedro.
Este hincha del elenco ‘currambero’ comenzó a sentir el ambiente hostil desde que comenzaron a acercarse por los lados del centro comercial Metrocentro: “Cuando caminábamos por ese lugar, varios pelaos con camisetas de Junior y pinta de barristas empezaron a interrogarlo y a interrogarme, que por qué yo sí tenía la camiseta puesta y él no”.
Agregando en su amarga experiencia vivida, tal como le pasó a otros hinchas más que fueron al estadio la noche del domingo 27 de octubre: “Me cansaba de decirles que era mi hijo y además era juniorista, que no se pudo traer la camiseta y que tampoco es obligación, ya que ellos no tienen nada que ver con las barras. Pero eso mismo lo padecimos cuando hacíamos la fila para ingresar a la tribuna oriental, luego en el sector del caracol para acceder a la tribuna y también en la propia gradería”.
Pedro precisó que es más que claro que para este tipo de partidos lo mejor es no ir, porque “la calentura es mucha. Ahora, muchas veces es que ni llevando la camiseta de nuestro equipo es seguro, lástima que pasen estas cosas en una fiesta como lo es el fútbol, que suceda esto en los estadios que son espacios para uno intentar olvidar la cotidianidad que a veces nos agobia, pero por culpa de las barras termina uno queriendo no ir más”.
Concluyó explicando lo que le evitó que le causaran un daño a su hijo, al que también le pidieron tarjeta de identidad: “El que yo los confrontara y me les parara firme, nos salvó, por así decirlo. Si me dejaba ganar del miedo por el hablado de viciosos con el que nos querían coaccionar, lo más probable es que nos hubiesen hecho algo. Además la intervención de otras personas que son hinchas normales, no barristas, también nos respaldaron para que no fuéramos agredidos”.




