“Eder Honak Durán Ortíz y Jhon Eduar Miranda Durán fueron engañados con falsas promesas de trabajo para ser ejecutados extrajudicialmente”, afirmó el magistrado Óscar Parra.
Con la promesa de una oferta laboral y la esperanza de mejorar sus condiciones de vida, los jóvenes Eder Honak Durán Ortíz y Jhon Eduar Miranda Durán, tío y sobrino, ambos de 22 años, partieron de sus hogares en el municipio de Santa Ana (Magdalena) rumbo a Valledupar el 16 de enero de 2008. Desde entonces, su familia no tuvo más noticias de ellos hasta el pasado mes de julio, cuando, a partir de la información proporcionada por la JEP y la UBPD, pudieron darles una digna sepultura.
Desde muy pequeños, Eder y Jhon compartían la afición por el fútbol; para ellos, cualquier día era perfecto para correr detrás del balón. Las polvorientas calles de su natal Santa Ana fueron el escenario de incontables partidos que jugaban con sus amigos, entre los que se encontraba su vecino Deiver Yesid Martínez Padilla. Estos momentos afianzaron su amistad y forjaron recuerdos imborrables de una infancia llena de alegría. Cuando Eder cumplió 14 años, una invitación despertó en él un gran interés: formarse como árbitro.
“Eran mis amigos de la infancia y este deporte era la mejor excusa para vernos. Un día, un director técnico de la población nos preguntó quiénes estábamos interesados en ser árbitros y a Eder le sonó la idea. A partir de ese momento inició su capacitación como juez. Un día me comentó que un desconocido le había hecho una oferta de trabajo a él, a su sobrino Jhon y a Deiver, en Valledupar. Después me enteré de habían viajado y no supe más de los tres”, expresó un amigo de los jóvenes, quienes fueron desaparecidos forzadamente.
Una de las hermanas de Jhon Eduar indicó que él les habló sobre la oportunidad laboral que le habían propuesto días antes de hacer el viaje. Aunque fue una noticia inesperada, sus seres queridos entendían que el joven deseaba un cambio en su vida y tener mejores ingresos, puesto que quería retomar sus estudios, los cuales había suspendido debido a la difícil situación económica del hogar. Tras perder contacto con él, su mamá comenzó a tocar las puertas de varias entidades para averiguar por el paradero de su hijo. La búsqueda se convirtió en su obsesión hasta que recibió una llamada anónima; al otro lado del teléfono, un desconocido la amenazó, le dijo que Jhon Eduar estaba bien y que era mejor dejar las cosas así para que no se ganara un problema.
Hallazgo de los cuerpos y entregas dignas
Para que sus familiares comenzaran a conocer la verdad sobre lo ocurrido con Eder y Jhon, fue determinante la intervención forense del Cementerio Alterno de El Copey (Cesar), realizada el 31 de mayo de 2022 por la Unidad de Búsqueda, en el marco de la medida cautelar adoptada por la JEP. La decisión fue tomada por el magistrado Óscar Parra, de la Sala de Reconocimiento, en el marco del Subcaso Costa Caribe – Caso 03, que investiga asesinatos y desapariciones forzadas presentados como bajas en combate.
“Este cementerio es un lugar donde se atraviesan muchas de las violencias del conflicto. Cerca de 300 personas dadas por desaparecidas permanecen allí. Por eso, en 2021, la JEP decidió adoptar medidas cautelares para protegerlo, lo cual fue crucial para que no se removieran bóvedas. Así mismo, para que no se rompieran estructuras y se preservaran los cuerpos de personas dadas por desaparecidas. Después de darse esto, inició la identificación de algunos de ellos”, manifestó el magistrado.
El Sistema Integral para la Paz llegó al camposanto de esta población tras las solicitudes de intervención presentadas por las familias de varias víctimas, entre ellas las de Eder y Jhon. Sus seres queridos solicitaron la búsqueda el 7 de febrero de 2023 ante la Territorial Atlántico de la UBPD. Durante su participación en diversos espacios, aportaron información sobre las desapariciones y conocieron los avances del trabajo forense realizado en el cementerio.
Hoy, por cuenta del proceso judicial, los familiares saben que las víctimas fueron engañadas con falsas promesas de trabajo y falsamente acusadas de extorsionistas, lo que llevó a su asesinato a manos de miembros del Gaula Militar Cesar. “Este caso es considerado paradigmático debido al tipo de vulnerabilidad que presentaban muchas de las víctimas, lo que las convirtió en objetivo de sus victimarios para ser ejecutadas extrajudicialmente”, afirmó el magistrado Óscar Parra durante la ceremonia de entrega digna.
Por su parte, la coordinadora de la Territorial Atlántico, Ella del Castillo, indicó que la medida cautelar ha permitido la recuperación de 52 cuerpos que podrían ser víctimas del conflicto, de los cuales 6 han sido identificados y entregados a sus familias en diferentes regiones del país. Precisó que estas acciones están enmarcadas dentro del trabajo coordinado entre las instituciones que conforman el Sistema Integral para la Paz y expresó que estas entregas dignas ayudan a aliviar el sufrimiento de los seres queridos y aportan a construir la verdad acerca de lo que les ocurrió a muchas de las personas desaparecidas en esta región.
El municipio de El Copey hace parte del Plan Regional de Búsqueda ‘Del Ariguaní al Río Magdalena’, el cual registra 201 solicitudes; el universo de este plan es de 1.096 personas dadas por desaparecidas (corte junio de 2024). El universo de personas dadas por desaparecidas en Colombia a la fecha, es de 111.640.
