Una defensa que le cabecean todo, un ataque que bota goles y un DT sin ideas, eliminaron a Junior de la Libertadores

El Tiburón fue despachado en la instancia de octavos de final por un Colo-Colo que, sin tener mucho, sí le puso jerarquía al partido para clasificarse en una ciudad en la que el calor y la humedad les golpeaba durísimo.

Por: Iván Peña Ropaín.

Junior de Barranquilla se despidió de la Copa Libertadores de América 2024 en la fase de octavos de final, dándose su sepultura en su propio estadio Metropolitano Roberto Meléndez a manos de Colo-Colo de Chile.

Muchos pensaban que el Tiburón pasaría por encima del Cacique en el duelo de vuelta, que se revertiría el 1-0 con el que se vino de territorio chileno, más porque jugadores motivaban a la afición para que llenaran el Metro. Sin embargo, no fue así, terminó también perdiendo, esta vez con marcador de 2-1, quedando el global 3-1.

Pese a que se enfrentaban en esa ‘llave’ de octavos de final dos clubes con una actualidad similar en cuanto a sus niveles futbolísticos, al Rojiblanco le hizo falta lo que sí expuso su émulo: “jerarquía, garra y mentalidad ganadora”.

Pero aparte de los ingredientes que tienen que ver con la mística, al conjunto colombiano le pasó factura en el trámite de ese juego tres aspectos importantes: su enclenque defensa, que en el fútbol aéreo “no ve ni media”, la definición desorientada a la hora de embocarla teniéndola frente al pórtico sus ofensivos y la demora en los cambios y mala lectura de su técnico Arturo Reyes en momentos precisos en los que debe tener la frialdad e inteligencia que se requiere.

En el primero, le repitieron a la defensa de Junior los goles que recibió en los dos últimos cotejos en la Liga colombiana frente a Alianza de Valledupar y Fortaleza de Bogotá: centros a las 16 con 50 y cabeceándole jugadores rivales sin una recia referencia en la marca, exponiendo ello la paupérrima zaga con la que cuenta el elenco ‘currambero’.

En el segundo, lo que ha sido también una constante en los últimos compromisos por el rentado local: las erratas al definir cara a cara con el pórtico, teniendo en el duelo ante Colo-Colo varias, empero siendo las principales las que les quedaron a comienzo del segundo tiempo a Carlos Bacca y Yairo Moreno. Fácilmente, esas dos pudieron darle el dos a uno parcial. No obstante, no le pusieron direcciones a sus remates con el pie (Bacca) y con la cabeza (Moreno), pasando cerca del vertical derecho del portero Brayan Cortés.

Y en el tercero, a Arturo Reyes le faltó inteligencia, frialdad y habilidad al no saber mover sus fichas cuando se requería, más cuando el conjunto austral estaba mermando en su estado físico, pero se le anticipó su colega Jorge Almirón y este sí efectuó varios cambios de una, lo que le dio realce en su rendimiento.

La demora en las sustituciones le pasó “cuenta de cobro” para tratar de buscar el dos a uno, yendo uno a uno el cotejo. Aunque hay que reconocer también que quienes entraron: Marco Pérez por Luis “Cariaco” González, Roberto Hinojosa por José Enamorado y Yimmi Chará por Víctor Cantillo, no aportaron de a mucho.