La joven, natural de Sucre, falleció tras permanecer ocho días hospitalizada producto de quemaduras en su cuerpo, a causa de una explosión que ocurrió en su vivienda por acumulación de elementos pirotécnicos.
Una adolescente de 17 años, residente en el barrio Sinaí de Sincelejo e identificada como Brenda Velásquez Iriarte, se convirtió en la segunda persona fallecida que deja la manipulación y efectos de la pólvora en el país.
El deceso de la menor se produjo la noche de este lunes, pero los hechos se registraron el pasado 15 de diciembre, cuando ocurrió una explosión en el interior de su vivienda producto de la acumulación de pólvora y sufrió graves quemaduras en el 100% de su cuerpo.
Inicialmente fue atendida en la clínica Santa María de Santa Marta, pero luego la remitieron a Montería para una atención de alta complejidad. Sin embargo, su cuerpo no soportó y falleció en vísperas de Navidad.
Según las primeras investigaciones de la Secretaría de Salud de Sincelejo, en el inmueble donde se registró la explosión, al parecer, desde hace mucho tiempo funcionaba un centro clandestino de venta y comercialización de elementos pirotécnicos, lo que facilitó la expansión de la onda explosiva.
Brenda acababa de graduarse como bachiller y tenía proyectadas muchas metas y propósitos para el año entrante, sin embargo, este incidente truncó sus sueños y en vísperas de Navidad su familia lamenta y llora desconsolada su partida prematura.
Este caso se suma al primero registrado el pasado 15 de diciembre en el departamento de Santander, donde un menor de 6 años murió luego de ingerir fósforo blanco a través de un Tote.
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Informe y redacción: Luis Ángel Terán