“Los criminales no causan ningún temor una vez que son despojados de la protección del Estado y de los políticos corruptos y organismos internacionales que los financian y los defienden”, manifestó el mandatario Nayib Bukele.
En la madrugada del pasado viernes 24 de febrero fueron enviados los primeros 2.000 internos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador. La forma del traslado de los señalados pandilleros a la megacárcel ha generado múltiples comentarios a favor y en contra del presidente de dicho país, Nayib Bukele, y sus políticas contra la delincuencia.
En las redes oficiales del mandatario de 41 años de edad y del país se observan imágenes en las que se ve a los reclusos usar solo una pantaloneta blanca, mientras descalzos, esposados y/o con las manos en la cabeza recorren el establecimiento carcelario.
Por ello, algunos detractores como organizaciones que velan por los Derechos Humanos y ciudadanos, en general, le han reclamado al presidente por una “justicia restaurativa”, señalando sus mecanismos de “tortura” y han citado el artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que dice: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” o como lo hizo el abogado colombiano Miguel Ángel del Río Malo, quien le llamó “dictador en ciernes”.
Amnistía Internacional advirtió antes de dicho traslado que en la política contra las pandillas de Bukele se ha evidenciado “un claro patrón de violaciones de Derechos Humanos bajo el enfoque de seguridad pública actual (…). La construcción de esta nueva prisión podría suponer la continuidad y el escalamiento de estos abusos”.
Frente a afirmaciones como las anteriores, el presidente ha respondido: “No dijeron nada cuando ellos le quitaron la tranquilidad a nuestro país, cuando ellos han hecho que corra sangre en nuestro país y cuando ellos han causado, de hecho, que en nuestro país no se desarrolle como debería ser”.
Por otra parte, las voces de apoyo como la de Samuel Martínez, diputado de El Salvador, manifiestan: “Para la opinión internacional El Salvador ahora es esa antorcha encendida en medio tanto país con problemas de criminalidad. Qué orgullo se siente, por fin vivimos en el país que siempre soñamos”.
Ivonne Hernández, también diputada de la República de El Salvador, salió al paso frente a las críticas contra el presidente salvadoreño: “Gracias presidente, ahora en la población salvadoreña estamos ganando la guerra contra las pandillas, así acaban más de 30 años del régimen de muerte, dolor y miedo en que estos criminales tuvieron sometidos a El Salvador con el apoyo de sus aliados políticos“.
Cabe recordar, que el pasado 15 de febrero, Nayib Bukele dio a conocer que El Salvador llegó a 300 días sin que se registraran homicidios y el domingo 26 de febrero se cumplió otra semana con cero muertes violentas.
