La actuación inhumana con la que procedieron los agentes de ese organismo encargado de detener a los emigrantes indocumentados ha sido fuertemente reprochada.
Por: Iván Peña Ropaín.
Se conoció en los últimos días de boca de su protagonista una de esas historias desgarradoras, tristes e inhumanas que, literalmente, aplastan toda dignidad humana de aquellas personas reseñadas como emigrantes y que se encuentran actualmente en los Estados Unidos o que ya han sido deportadas de esa nación.
Se trata de la ciudadana guatemalteca Dayana Monterroso Lemus, quien había sido enviada de vuelta a su país el ‘Día de la Madres’, poco tiempo después de la trágica pérdida de su bebé y de quien cumplía un avanzado estado de embarazo, situación que vivió cuando se encontraba bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en un centro de detención en el estado de Luisiana.
En su momento, la mujer había denunciado una negligencia médica que cobró la vida de su hijo, pero fue fútil su quejica. Según relató Dayana, un supuesto médico del centro de reclusión en el que se hallaba le prescribió 12 pastillas por su condición gestante, pero sus efectos causaron que su bebé dejara de moverse en su vientre.
Previamente, la situación anómala en su organismo producto de la ingesta de las píldoras le había provocado contracciones, por lo que le solicitó a los oficiales del ICE que la trasladaran de urgencias a un hospital, pero estos hicieron caso omiso a la solicitud. El lamentable hecho sucedió pocos días después de que la inmigrante cumpliera un chequeo prenatal y que este arrojara buenos resultados respecto a la salud de su niño.
Ante el confirmado fallecimiento, a Dayana le practicaron una cesárea para sacar el ahora cuerpo sin vida de la criatura, no dándole los agentes del ICE chances a ella si quiera para que se recuperara. La deportaron rápidamente a su Guatemala.
Como para taladrar más el dolor que ya sentía la latinoamericana desde la distancia, hallándose su marido como residente legal en Estados Unidos, pero con temor de ser expulsado de allí, a las semanas le hicieron llegar hasta la casa de este las cenizas del bebé a través de un correo, situación que ha despertado muchas críticas, inclusive, de los propios estadounidenses.