El jugador malambero dijo, desconociendo qué pasaba: “Comencé a ver el celular y había un poco de mensajes de ‘fuerzas'”.
Por: Iván Peña Ropaín.
Hay un detalle más allá del triste y lamentable golpe que representa para el jugador juvenil de Junior de Barranquilla, Léider Berdugo, la lesión que lo apartará de las canchas entre 9 y doce meses, sintiéndose más porque era, junto a ‘Juanfer’ Quintero, los únicos de gran rendimiento en la plantilla de jugadores que encara la temporada 2023, y es el aparente desorden que persiste en el cuerpo médico del cuadro Tiburón.
Resulta que el centrocampista malambero, en una reciente entrevista ofrecida a un medio de la ciudad de Barranquilla, sostuvo, además de toda la pesadumbre que le causa la ruptura de ligamentos de su rodilla derecha, pasando luego al quirófano, que él no había sido informado en un primer momento de la magnitud de la lesión, llevándose la sorpresa después por mensajes en redes sociales.
De todo lo que habló, esto fue lo que generó más curiosidad: “Salgo de una resonancia, me dicen que, al parecer, solo fueron unos fuertes traumas, me apareció el colateral inflamado y el hueso golpeado, no me hablaron de nada de cruzados. Luego, vi un comunicado, realmente fue un trino y me empiezan a llegar notificaciones. Comencé a ver el celular y había un poco de mensajes de ‘fuerzas'”.
La revelación del Rojiblanco en este Torneo Apertura continuó: “A mí se me hizo extraño, mi representante me llama enseguida y me dice que qué fue lo que pasó. Le dije que me habían dicho que todo estaba normal. Íbamos a sacar un comunicado desmintiendo lo que habían dicho”.
Pero, poco antes de que el jugador hiciera tal movida, contó que sucedió esto: “Me llama el médico Jerónimo Angarita (uno de los galenos del Tiburón) y me dice que, al parecer, tengo el cruzado roto. De pronto en la resonancia no se veía bien, tenían la duda porque la rodilla nunca se me hinchó. Fue un momento muy duro. Lamentablemente, la cabeza se me llenó de muchas cosas negativas, lloré, sentí que el mundo se me caía y que ya no podía seguir en el fútbol. Pero Dios siempre le pone personas a uno en el camino que le dan ese aliento. El día que me enteré fue un duelo muy difícil, porque decía que en mi mejor momento me lesioné de gravedad. Viví el duelo, al día siguiente me revisan por la tarde y el médico Sabbag (Carlos) me dice que estoy roto y me dice que probablemente dure un año sin jugar. Fueron momentos duros que nunca imaginé que podía pasar. Ya luego me operaron y gracias a Dios todo salió bien”.
En ese sentido, pareciera como si se jugara al “teléfono roto” desde el cuerpo médico del Junior de Barranquilla con los jugadores, o no se tuvieran claros los dictámenes en un primer momento tras la evaluación realizada al jugador, o se incurriera en desaciertos. Esto último trae a la memoria de los junioristas cuando, a comienzos de año 2023, el central cartagenero Rafael Pérez estuvo a punto de firmar con el equipo, lo que habría sido un gran refuerzo en esa zona que tanto le duele al Rojiblanco.
No obstante, el cuerpo médico del club de los barranquilleros lo descartó por una pubalgia, cogiendo sus maletas el jugador y partiendo hacia Argentina para incorporarse a su entonces club Talleres de Córdoba, sino antes manifestar su rabia contra los doctores del Rojo y Blanco.
Para sorpresa de muchos, Rafael Pérez fue fichado por uno de los importantes del fútbol “guacho”: San Lorenzo de Almagro, pasando las pruebas médicas sin ningún inconveniente y siendo figura con los apodados Cuervos.
