La ida y vuelta por los cuartos de final se darán en septiembre, siendo el próximo rival del ‘colocolino’ River Plate o Talleres de Córdoba, ambos argentinos.
Por: Iván Peña Ropaín.
Junior de Barranquilla se despidió, la noche del martes 20 de agosto, de la Copa Libertadores de América 2024, tras caer 2-1 ante Colo-Colo de Chile en un partido que fue más la “bulla” de los jugadores porque los hinchas fueran al estadio a apoyarlos, que lo que mostraron en cancha para darle vuelta al uno a cero con el que se vinieron de suelo austral. El global defininitivo fue de 3-1 para el conjunto extranjero.
La emoción de este partido prendió la noche ‘quillera’ con el atrevimiento del ‘colocolino’ por buscar de salida el gol que le ampliara el 1-0 con el que llegaron a territorio ‘cafetero’. Pero no revistieron profundidad en las 16 con 50 de Santiago Mele, caso contrario de lo que sí hizo el dueño de casa, que al minuto 4, la tuvo para igualar el global a uno con Carlos Bacca.
En una jugada individual por banda de José Enamorado, quien la perdió y luego la recuperó, se la sirvió a Didier Moreno, quien hizo de 10 y puso un buen pase entre líneas para que Goleador70 quedara sin marca y frente al meta Brayan Cortés, pero la pateó desviado del vertical derecho. ¡Primera señal de la “falta de tiza” al taco ‘tiburón’!
A partir de ese tiempo, todo se tornó en un juego en el que el Tiburón buscaba por bandas ante un Cacique que se replegaba atrás. Sólo al 19′, vino otra movida de sensaciones, pero esta por los lados de la vista, cuando al atacante argentino Javier Correa le quedó para meterla en el pórtico sur.
Correa recibió un pase largo, aprovechando el émulo que el cuadro barranquillero quedaba con inferioridad numérica por irse al ataque, pero al momento de rematar el “gaucho” fue estorbado por el central Emanuel ‘Turro’ Olivera, quien se repuso luego de haber perdido la posición en la marca.
En ese ataque se reclamaba un falta previa sobre el otro central del ‘currambero’, Jermein Peña, quien venía haciéndola bien. La que no se pitó a su favor lo dejó tendido en el césped dando serias muestras de dolor, por lo que tuvo que salir sustituido por Rafael Pérez.
Con dos remates suaves y sin dirección por parte del club dirigido por Arturo Reyes continuó el trámite del cotejo, en ambas disparos de Enamorado y Yairo Moreno, sumándose a ello el que se veía a un plantel colombiano como si se quedara sin oxígeno.
Esto le dio al cuadro direccionado por Jorge Almirón chances de subir un poco y salir de campo propio, llevándolo ello a abrir la cuenta y dejar helada a una nutrida hinchada que acudió al Coloso de la Ciudadela y que venía alentando a todo pulmón.
Esa diana que rompió el celofán y la red de Mele se produjo, precisamente, en un mal saque del arquero uruguayo hacia el mediocampo, el cual cayó en un jugador contrario, quien se la pasó a Lucas Cepeda, transportando este hasta cercanías del área del escualo barranquillero y, sin que nadie lo presionara, desenfundó un zapatazo que se clavó al ángulo derecho de Mele. Sin nada qué hacer para evitar el 1-0, 2-0 en el global, marcándose el minuto 43.
Las esperanzas se empezaron a esfumar entre muchos junioristas tras esa anotación de Colo-Colo, más porque se acababa la primera parte. Empero, antes de que el árbitro brasileño Anderson Daronco pitara el final, en una jugada de combinación entre Luis ‘Cariaco’ González para Didier Moreno y este otra vez de pase gol para Bacca, en esta ocasión este último sí supo definir, cruzándosela a Cortés ante el achique que intentó hacer.
Con el uno a uno parcial y nuevamente la “vida retornando” al cuerpo del juniorista, se escuchó el pitazo de los primeros 45 minutos.
¡Ilusión fugaz!
Ese empate llenó de mucho positivismo a los hinchas por ver en el segundo tiempo el segundo y tercer tanto, pero todo fue una simple ilusión.
Pese a que Junior de Barranquilla comenzó siendo una tromba, su poca efectividad le salió cara, más exactamente cuando le quedó una a Bacca y otra a Yairo, apenas corriendo cinco minutos del tiempo complementario, pero “se las devoraron”.
A esa falta de contundencia para convertir se sumó la demora del DT Arturo Reyes por hacer los cambios y una tonta expulsión de Pérez, situaciones que al final le costaron al equipo barranquillero el quedar sin rumbo y decirle “chao” a la edición 2024 de la Copa Libertadores.
Y así como se fue marchando la gente del Metro: apagada y sin ganas de nada, así mismo finalizó el compromiso, eso sí, viéndose la alegría de los jugadores del Cacique en el campo de juego y la de los hinchas chilenos en la tribuna occidental alta.
¡Chao Junior de la Copa Libertadores!