El lateral Jhomier Guerrero, quien generalmente juega sin fallos, en el duelo ante América se dejó ganar la bola de Duván Vergara en el primer gol y cometió el penal que le concedió el segundo al rival.
Por: Iván Peña Ropaín.
La noche del miércoles anterior, en el estadio Pascual Guerrero de Cali, Junior de Barranquilla padeció una dura derrota de 2-1 ante América en un compromiso que, pese a que es apenas por la fecha 2 en su cuadrangular A de las semifinales de la Liga Betplay-I 2025, le pudo haber pintado un panorama más luminoso de cara a cumplir el objetivo de empezar a perfilarse en el primer lugar.
Pero no fue así, la derrota dejó ahora al escualo barranquillero en la tercera casilla con 1 punto, con su panorámica empañada y con un margen estrecho en cuanto a que no puede perder más en las cuatro fechas que le restarán.
Hablando claro de la pérdida sufrida ante el rojo de los caleños, al que le iba ganando uno a cero, la remontada del América, inmerecida, porque no jugaba mejor que el visitante, tuvo como antagonista el nombre de un jugador: el lateral Jhomier Guerrero.
Más allá del tema arbitral, que sin dudas otorgó un plus para el dueño de casa, ya que el referí central Diego Ruiz frenó al Tiburón tarjeteando jugadores, decretando faltas inexistentes y no pitando las del émulo, la actuación de Guerrero le decantó una de esas malas noches por las que pasan todos los futbolistas.
En el empate americano, el barranquillero de 24 años dudó al no atacar la pelota que venía de un pase aéreo y largo del arquero Jorge Soto desde su área, quien produjo una acción de contragolpe. En el ‘pique’, la esférica le fue arrebatada por un veloz Dúvan Vergara, quien le ganó la posición a citado jugador juniorista y la acomodó con un toque sutil al palo izquierdo del cancerbero Martínez, que en su achique y luego retroceso nada pudo hacer.
Y en el tanto de la derrota, casi llegándose a los 90′ finales, en una disputa de pelota en el rectángulo defendido por Jefersson Martínez, el jugador del América, Mateo Castillo, estando de espalda al pórtico, es tocado sutilmente por el marcador de punta del Junior, decretando penal sin vacilar el árbitro Diego Ruiz. Lo pateó Rafael Carrascal y puso el 2-1 sepulcral.
Pero también hay que reseñar que incidió al mal resultado obtenido por el Tiburón la “botadera” de gol, siendo protagonista en esta los futbolistas Didier Moreno, Fabián Ángel, Steven “Tití” Rodríguez y Yimmi Chará, este último teniendo las más fidedignas. Aunque igualmente hay que indicar que el portero del Escarlata, Jorge Soto, quien acabó figura, salvó a su escuadra en varias ocasiones con oportunas atajadas.
