¡Más fuertes! Tu recordatorio personal y semanal de impacto.
Por: Jorge Baena
Corría el año de 1997, llegaba a Bogotá para iniciar mis estudios en artes escénicas, y una de las
escuelas que había elegido para ser formado como actor, fue la del maestro Alfonso Ortiz (QEPD).
En mi primera audición debía representar una escena en un circo, y yo era un payaso que tenía
miles de problemas, pero cuando salía al escenario tenía que mostrar que nada en su vida pasaba.
Me preparé, entrené, llevé vestuario y maquillaje, así como una puesta en escena maravillosa,
acompañada de muchas horas en ensayo. Fue una presentación impecable.
Llegado el momento de la verdad, pasé a escena; sentí que lo había hecho espectacular, es más,
me aplaudieron más que al resto de compañeros, pero, finalizada la ovación se me acercó el maestro Ortiz y me dijo:
“Pésimo, ¿tú esperas ser actor de qué? Debes pensar en estudiar otra carrera, la
actuación no sé si es para ti. Es mejor que a tu edad busques otra cosa”.
Y continuó: “Piénsalo, regresa a tu casa y habla con quien tengas que hablar para que tomes otra
decisión, porque en la actuación NO ES.
¡Wao! Me sentí una completa hormiga, diminuto, sin posibilidades, derrotado. En knockout
completo. Mejor dicho, estaba decidido a tirar la toalla; el mundo me daba vueltas, me sentía derrotado, sin fuerzas. Así que salí de la escuela para mi casa, el trayecto era más de dos horas, ya que vivía al otro
extremo de la ciudad.
En el bus, sólo retumbaban en mi cabeza las palabras del maestro y, llorando en todo el viaje, sentía
que mi historia como actor había terminado.
Al llegar a mi casa me esperaba mi nana, que al ver mis ojos rojos, quiso averiguar qué me pasaba,
pero estaba tan triste que no quise decir palabra alguna y me encerré en el cuarto, sin contestar
tampoco el teléfono.
Al otro día, con un rostro totalmente demacrado y reflexionando lo que verdaderamente quería
para mi vida, tome la siguiente decisión.
Pero, antes de contarte el final, te voy a dejar tres claves para que, cuando sientas que quieres tirar la
toalla en tu vida, seas más fuertes y ganes esa pelea.
- Clave 1: Cuando sientas que ya no puedes más y que estás a punto de mandar todo al carajo, pregúntate: ¿esto es lo que realmente deseo para mi vida? Y así fue. Esa noche me pregunté varias veces, si el teatro era lo que realmente quería para mi vida. A eso fui a Bogotá, así que fue mi gran impulso: esa pregunta me lleno de coraje para enfrentar nuevamente al maestro y demostrarle que yo había nacido para actuar.
- Clave 2: Saca tus últimas fuerzas del corazón, llénate de coraje, valentía y enfrenta al contrincante con la convicción de sentir que eres el mejor. Llegué a la escuela, y la mayor sorpresa fue que en la puerta estaba el maestro, con una mirada sobreactuada, como un gran villano, esperando que yo llegara, y me dijo: ¡Regresaste! A lo que le dije: Sí, porque si a usted no le gustó lo que hice ayer, hoy regreso con más fuerzas para cumplir mi sueño de ser actor. Pasaron unos segundos, diría horas y se echó a reír, con una carcajada tenebrosa, diciéndome: Son pocos los que vuelven, pero los que regresan después de esta táctica mía son los que definitivamente tienen claro lo que realmente desean, y tú tienes claro ese sueño de ser actor. Te felicito por no tirar la toalla, y de aquí en adelante lo único que viene para ti son triunfos y reiteró: Te felicito Jorge Baena, no tiraste la toalla.
- Clave 3: Jamás dejes que el comentario de una persona derrumbe tus sueños; usa ese comentario
para ser más fuerte. Si tus miedos son más grandes que tus sueños, jamás podrás alcanzarlos.
Hoy es el día para ser más fuertes.
