El próximo partido en su grupo B será frente al Once Caldas en el Metropolitano de Barranquilla por la fecha 4, el domingo 1 de diciembre, a partir de las 6:30 p. m.
Por: Iván Peña Ropaín.
Para aquellos que ven el fútbol con detalle y tienen un amplio conocimiento sobre este deporte, no es de desconocimiento el fofo nivel que maneja el Junior de Barranquilla y el que ha expuesto en los juegos que ha afrontado en los cuadrangulares semifinales de la Liga Betplay-II.
La baja rentabilidad futbolística obedece a que la mayoría de sus jugadores, principalmente los que hacen parte de la cuadrilla principal inscrita para este semestre, no vienen jugando bien, o si lo hacen, es por “chispazos”.
No mantienen una regularidad y eso hace que en los partidos se vean pocas ideas en ofensiva a la hora de pisar el área rival, no dilucidándose la asidua definición que se requiere en equipos de esta categoría, mucho más en este tipo de instancias finales.
Sin embargo, antes de entrar a señalar nombres como los propiciadores del menudo rédito futbolístico del Rojiblanco, hay que indicar que hay otros veedores de esta disciplina deportiva que precisan una salida más sencilla al tema: “no queda más que resignarse con lo que hay, porque ni entre las variantes que tiene el equipo hay jugadores sobresalientes, y entrar mejor a apoyar hasta el final”.
Es decir, Junior de Barranquilla debe seguir pujando con las limitadas herramientas que tiene, aunque varias de estas son de renombre para la Liga local, con el fin de intentar llegar a la final del Torneo Clausura de la Liga Betplay-II y, porqué no, bordar la estrella 11 en su escudo. Eso sí, contando con el apoyo de su hinchada, así un gran sector de esta se encuentre molesta y se haya “bajado del bus” hace rato.
