El crack barranquillero ha sido pieza clave en el levantamiento futbolístico que ha tenido el Tiburón desde su llegada, rentabilidad que ya tienen al equipo en los cuadrangulares semifinales.
Por: Iván Peña Ropaín.
Los hinchas junioristas solo esperan que “el efecto del perfume” Teófilo Gutiérrez siga impregnando al Junior de Barranquilla de esa “hambre de gloria” para lograr la ahora anisada estrella 11, perfilándose mucho más hacia ese objetivo con la clasificación anticipada a los cuadrangulares semifinales de la Liga Betplay-I 2025.
Pero este nuevo arribo de don Teo al conjunto barranquillero ha transcendido con mayor ímpetu los campos de juego, donde el futbolista de 39 años, quien este mes de mayo cumplirá sus 40, sigue recibiendo ese mismo cariño de siempre de los ‘quilleros’.
Se le ve visitando a sus viejos amigos de barriada, especialmente a los de La Chinita, en el suroriente de la capital del Atlántico, o en otras ocasiones siendo visitado en su lugar de residencia, atendiendo a todos con la humildad y “recocha” que lo ha caracterizado.
El delantero no ha escapado de los lentes tras cada paso que da, no solo cuando está con la ‘pelotica’ en sus pies en algún partido con el Tiburón, sino en muchos de los que da en su vida personal, más cuando está en algún evento público.
Precisamente, en ese último escenario fue captado cuando hacía presencia en un evento publicitario de un almacén de cadena situado en el municipio de Soledad. Teo no solo saludó a quienes fueron a verlo para sacarse una foto con él, también se le vio “tirando los pases prohibidos” con una de las apuestas modelos que estaba en el lugar, escogiendo a una y moviéndose al swing de la música que pusieron a sonar.