Hinestroza y Hernández, de notables bajo nivel, fueron los que ingresaron, creyendo muchos que solo debió meter a uno y dejar en cancha al 10 o al 99.
Por: Iván Peña Ropaín.
En el cotejo por la quinta jornada en su Grupo A de las semifinales de Liga Betplay-II ante Águilas Doradas en Rionegro, la noche del miércoles pasado, las primeras modificaciones efectuadas por el DT Arturo Reyes fueron sacar al mismo tiempo a sus dos únicos pensantes, cuando el reloj bordeaba los 74 minutos: Luis ‘Cariaco’ González y José Enamorado, yendo el juego con el uno a uno que se selló al final.
Estrambótico para muchos hinchas y algunos periodistas deportivos ese actuar de Arturo-III, pues el juego se necesitaba ganar y al dejar al equipo sin sus dos únicos generadores de ideas, era, evidentemente, mermarle al Rojiblanco su ataque y la profundidad.
Ingresaron por ellos dos jugadores de notables bajo rendimiento, siendo modificaciones posicionales pero sin el mismo talento y ‘picardía’: Vladimir Hernández y Freddy Hinestroza, quienes no produjeron lo que pudieron haber seguido produciendo un ‘Cariaco’ o un Enamorado, más allá de haber participado esos dos (Hernández-Hinestroza) en una que otra jugada ofensiva que provocaron, las cuales carecieron de intelecto pero las que tuvieron en abundancia una burda confección.
Si bien era cierto que se requería oxigenar ante el desgaste expuesto en el primer tiempo y lo que iba del segundo por parte del 10 (‘Cariaco’) y del 99 (Enamorado) del Junior, todo pintaba en meter a Hinestroza o a ‘Vlacho’, pero solo a uno de esos dos, para refrescar el ataque por las bandas y no dejar al equipo sin los dos que hilan las acciones de ataques con más pulcritud.
Lo cierto también es que no había más en la banca, tan era así que si quería ganarse ese juego estando uno a uno, no había quién en reemplazo de un Deiber Caicedo para continuar con la ofensividad, por ejemplo, jugándosela luego Arturo Reyes por fortificar atrás al sacarlo y darle cabida al defensor central Brayan Ceballos, en vista también de que en las postrimerías del compromiso en el Alberto Grisales el local fue más incisivo en su arremetida y se veía más cerca del segundo gol que los visitantes.
Tendría una validez esa movida por las circunstancia del momento, así como la salida de Bacca por Steven ‘Tití’ Rodríguez, que no marcó diferencia al final, pero las de Enamorado y ‘Cariaco’ ya se la siguen cobrando muchos, más allá de que uno que otro hincha y periodista de la ciudad lo justifique con sus lecturas, que son respetables.
Ahora, al final Reyes no fue el culpable del empate, ya que al irlo ganando 1-0 su sistema defensivo, principalmente, los dos centrales, apareciendo en este Emanuel ‘Turro’ Olivera y Nilson Castrillón, fallaron, junto al lateral Gabriel Fuentes, en el despeje de la bola de sus 16 con 50, en la marca hombre a hombre y en la cobertura para evitar que su colega de posición, Jeison Quiñones, les anotara el 1-1 que es casi sepulcral del sueño de ir a la final.
