Por momentos molesto y a veces bromista, se le notó al delantero cordobés.
Por: Iván Peña Ropaín.
A la sede administrativa de Junior de Barranquilla se le vio ingresando la mañana del sábado 25 de junio al jugador Miguel Ángel Borja con el objetivo de reintegrarse al equipo y presentar los respectivos exámenes médicos para unirse pronto a los entrenamientos, lo que se había informado que haría el viernes 24 de junio, pero no se dio, al parecer, esperándose una respuesta definitiva al tema de las conversaciones por su pase entre el Rojiblanco y River Plate de Argentina.
A su ingreso a la edificación, como casi siempre suele suceder, un minúsculo grupo de periodistas trató de interrogar al jugador cordobés, quien no prestó atención y siguió de largo como con cara de enojado, ingresando al sitio, donde se le vio sentando firmando unos papeles ante la presencia de personal de la institución.
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A su salida fue un poco más cordial, saludó a un conocido que estaba en las afueras del lugar y al caminar hacia su vehículo respondió al reportero que le preguntó cómo había salido en las pruebas médicas: “Bien, gracias a Dios”, bromeando en el acto con el que le preguntaba respecto a si su micrófono sí funcionaba.
Ante otro interrogante relacionado con qué viene ahora para el equipo en el torneo, Borja no respondió y solo dijo: “Chao, que estén muy bien”.
La visita del jugador a la sede ‘tiburona’ dejó la sensación en muchos de que todo indica que el negocio con el equipo de la banda cruzada no llegó a un buenos términos.
