El evento cultural reunirá a voces expertas y apasionadas por la cocina como el chef Paolo Vivero, del restaurante ‘Come Callao’; la pedagoga gastronómica Diana Polo; y el consultor gastronómico, Iro Ramírez.
La cocina de Barranquilla es mucho más que recetas y tradición, es un reflejo de su gente, sus historias y su evolución. Por tanto, con el objetivo de abrir un espacio de conversación sobre el presente y futuro de la gastronomía local, la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta, a través de la Biblioteca Piloto del Caribe, presenta Barranquilla a la Carta: identidad, sabor y desafíos de la gastronomía local.
El evento se llevará a cabo el jueves 15 de mayo en el auditorio Mario Santo Domingo, ubicado en la Vía 40 #36-135, y será moderado por Carlos Barraza, coordinador de proyectos culturales de la CLENA.
Este evento cultural reunirá a voces expertas y apasionadas por la cocina, quienes compartirán sus visiones y experiencias sobre la gastronomía como oficio, arte y cultura. Participarán Diana Polo, investigadora y pedagoga gastronómica, creadora de experiencias culinarias y líder de la Casa Cultural Gastronómica La Cuchara Colorá; Paolo Vivero, chef del restaurante Come Callao; e Iro Ramírez, Consultor gastronómico, videoblogger y estratega en marketing gastronómico.
El éxito de Come Callao será llevado al evento por su artífice, el chef Paolo Vivero
Entre los expertos que participarán de este grandioso evento sobresale Paolo Vivero, quien es chef de Come Callao, un restaurante de cocina peruana en el norte de Barranquilla que ha sabido ganarse el corazón de muchos comensales.
Paolo es el creador de dicho restaurante, nació en Barranquilla y siempre fue amante de la comida de mar; al entrar al mundo de las preparaciones culinarias se percató de que el nombre de Perú brillaba en las cocinas.

El autor de esta propuesta gastronómica por la que se forman filas en la carrera 52 # 72-114, inició su historia de amor por la cocina peruana cuando empezó a hacer cursos cortos en Panamá, donde su madre trabajaba y donde las cocinas eran dirigidas, en su mayoría, por personas de Perú.
Fue así como decidió seguir ahondando en este terreno y tomó rumbo a Lima, allí hizo varios cursos de cocina especializada en gastronomía peruana y más tarde saltó de Perú a República Dominicana donde logró tener un restaurante en Bayahíbe, una comunidad a 20 minutos de Punta Cana.
“Allí la oferta gastronómica era italiana, un amigo me dijo que a un restaurante peruano le iría genial, abrimos el restaurante, nos fue increíble y en tres meses de apertura ya logramos tener fila; vino la pandemia, Salud Pública nos dijo que nos cerrarían por 15 días, pero una persona me dijo que eso sería más tiempo, guardé todo, esperé un vuelo humanitario por siete meses y viví de los ahorros; en la isla se paró todo, ya que la actividad principal es el turismo. Me llamaron un día del Consulado para decirme que había un vuelo disponible, cogí las maletas y me vine”, relató en diálogo con Impacto News.
Al llegar a Barranquilla su primera idea no fue Come Callao, pero sí estuvo centrada en la comida de Perú: “Hice una carta entre amigos de cocina peruana, se llamaba La Cocina de Paolo, empezamos en Alameda del Río, desde un apartamento despachábamos, tuvimos la oportunidad luego de pasar a un apartamento con terraza en el barrio Modelo y de ahí logramos saltar hasta acá, a lo que es Come Callao hoy en día; ese nombre llegó queriendo hacer sentir a la gente que comiera comida del puerto del Callao y trayendo un dicho muy nuestro: el que come callao, come dos veces”.

Un antes y un después de la visita de Iro Ramírez
La visita del videoblogger y consultor MG Iro Ramírez se constituyó en uno de los momentos más importantes para la historia de Come Callao.
“Come Callao era uno antes de la visita de Iro Ramírez y es uno después, eso marcó una pauta importante, mostrarle más a la gente que en Barranquilla había un lugar que hacía esto a tal precio. Han venido de Bogotá, Los Insaciables, Iro Ramírez y esos certificados le dan una confianza al cliente que viene detrás a comprobar que tenemos una comida chévere a un buen precio“, manifestó el chef.
Los platos más vendidos al día de hoy en Come Callao son el lomo saltado, una fusión china-peruana, la ronda, la cual normalmente es compartida en pareja, y el ceviche peruano, en el que se evidencia la influencia japonesa.

Vivero anexó que ha ido moldeando la carta adaptándola a lo que más le gusta al comensal barranquillero y su meta es seguir creciendo ordenadamente en su emprendimiento. “No quiero perder el amor por lo que hago, porque siento que cuando se crece desmedidamente uno pierde la esencia; yo voy al mercado porque me gusta y vivo todo ese proceso, han llegado muchas propuestas positivas, atractivas, pero yo quiero aprender del negocio, tenemos muchas cosas que mejorar, somos humanos también, quiero tener todas las cosas claras en el restaurante, que las dan el día a día y los clientes. Quiero crecer, pero no tener costos que se me salgan de las manos y tú no puedas probar un lomo saltado en $27.000″, reveló Paolo.
Sobre el secreto de su éxito aseguró: “Hay varios factores que influyen en que hoy por hoy tengamos una fila en un lugar después de varios años de abierto, son, definitivamente, Dios, quien siempre está presente en nuestras preparaciones, y la disciplina. Yo soy una persona nacida aquí en Barranquilla que siempre ha amado mucho la cocina y, sobre todo, la peruana por ser de pescados y mariscos, y por ser una persona del Caribe, me gusta mucho la comida de mar”.

Finalmente, el chef agregó: “Cuando vine a Barranquilla me di cuenta de que la comida peruana era un poco imposible por el tema de los pecios, aunque siempre tenía un lugar especial en el corazón de los comensales porque estaba dentro de las primeras calificaciones de América. Yo identifiqué eso y quise traer la comida peruana de a pie, del mercado, la que se sirve en cualquier esquina del Perú a un buen precio. Yo fui a conocer esa gastronomía, a aprender de primera mano, a trabajar en mercados y a traer la técnica peruana para acá, donde usamos insumos casi al 80 % locales. El tema de que yo sea parte de mi equipo también influye en los costos, ya que uno de los costos más altos de un restaurante es tener un buen chef. Hoy pienso que deseo mantener esa esencia, que la gente venga el día uno y el 365 y puedan percibir el mismo sabor y el mismo precio“.