Al azul que le pertenece a los bogotanos le restará por jugar como local ante Palestino de Chile y como visitante frente a Flamengo de Brasil.
Por: Iván Peña Ropaín.
Al que la prensa deportiva del interior, principalmente la de Bogotá, le auguraba un fructífero resultado en su Grupo E de la Copa Libertadores, resulta que está en “estado de coma” tras el empate de la noche del miércoles ante Bolívar de Bolivia.
En su estadio Nemesio Camacho El Campín de Bogotá y delante de su gente, afrontaron su juego por la fecha 4 fungiendo como coleros con un punto y la enorme necesidad de vencer al rival boliviano, pero terminó empatando 1-1.
Ese resultado lo hundió más en una eliminación precoz en esta fase de la “gloria eterna”, siguiendo de cuarto pero ahora con 2 puntos, negándole ese dígito toda opción de poder alcanzarse a su rival de turno en lo que resta de esta etapa, quien con esa vital paridad llegó a 10 unidades, es primero del E y está a nada de la clasificación a octavos de final.
En sus dos próximas y últimas jornadas, Millos recibirá a Palestino de Chile, segundo en el grupo con 6 puntos, sí, ese mismo que el periodista bogotano Antonio Casale trató de “comodín”, y cerrará visitando a Flamengo de Brasil, por lo que tendrá que ganar ambos juegos y esperar y “apretar” porque se le den resultados en los otros cotejos.
Pero lo cierto es que se desinfló con la rapidez que desde la prensa del interior del país auguraban pasaría con Junior de Barranquilla, a quien, sin duda, le tocó un cuadrangular mucho más complicado, y pese a que marcha primero y tiene grandes chances de meterse en la siguiente ronda de Libertadores, dicho periodismo, de forma disimulada, en sus análisis lo sigue desahuciando.