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Salpicaron en investigación a Messi y a Piqué: “Habrían tramado desviar fondos en época del COVID”

Medio español The Objective develó supuesto entramado en el que también aparecen el destituido presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y el actual presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin.

Por: Iván Peña Ropaín.

El fútbol mundial es nuevamente sacudido por un escándalo de posible corrupción, esta vez teniendo protagonistas de primer nivel: el exfutbolista español Gerard Piqué y el futbolista argentino Lionel Messi, apareciendo también en escena el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el español Luis Rubiales, y el actual presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin. 

De acuerdo a una denuncia del medio The Objective, periódico digital de España, mencionados personajes habrían intentado “desviar” fondos de la confederación europea hacia determinados jugadores para compensar la pérdida salarial sufrida a causa de la pandemia mundial suscitada por el virus COVID.

Messi, Piqué, Rubiales y Ceferin

Asegura ese medio que la primera conversación data del 2 de abril de 2020 y se dio entre Piqué y Rubiales, el primero al parecer llegando en nombre de Messi también. En el diálogo se expresó la preocupación por el anuncio del Barcelona FC de reducir, en citada época, en un 70% el salario de la plantilla con el objeto de paliar la crisis económica generada por enunciada pandemia que cegó millones de vidas a nivel planetario.

El siguiente es uno de los apartes de la conversación develada por The Objective:

“Hola de nuevo, presidente, y perdón por mi inglés. Ya sabes que no es el mejor, pero sé que eres muy inteligente y me entenderás. Hablé de nuevo con Leo (Messi) y con Piqué. Sabes que ellos me conocen muy bien y yo a ellos también. Piqué es un muy buen amigo mío y ellos confían en nosotros. Están contentos porque la RFEF y la UEFA sean las únicas instituciones que piensan en los jugadores, porque FIFPRO y la Unión están en otro nivel. Ellos lo único que me dijeron es: ‘por favor, nadie tiene que saber que estamos hablando, porque si la gente sabe que estamos hablando de nuestro dinero, querrá matarnos’. Y les dije: ‘no os preocupéis, esto es confidencial, solo (lo sabemos) el presidente y yo. Solo Gerard Piqué y Leo Messi’“.

Pero hay más, dijo ese medio de comunicación ibérico, dando a conocer otro de los apartes de la polémica conversación que habrían tenido los vinculados en este escándalo: “Y, por supuesto, si llegamos a un acuerdo y tenemos la posibilidad de usar ese dinero, creo que sería maravilloso, presidente. Haríamos el anuncio en el momento adecuado, no ahora, no antes de que termine esta crisis. Por supuesto, ellos son muy cuidadosos con la situación de que todo el mundo sepa que quieren recibir el dinero que perdieron. Están preocupados por esto, tiene que ser muy confidencial y, si decidimos hacerlo, tenemos que escoger el momento adecuado. Perdón por mi audio, pero creo que es necesario”, se escucha en el audio, supuestamente, coordinado por Luis Rubiales a Ceferin.

Delito por el que se les señala

El 6 de abril, Rubiales remite a Ceferin su idea económica, por medio de la cual sugiere que el 4% de los derechos de retransmisión de todos los partidos de la UEFA, anteriormente distribuidos de una manera específica entre las asociaciones nacionales, se reestructuren para destinar el 50% a compensar a los jugadores cuyos salarios se vieron reducidos a causa del COVID.

En teoría, en su momento el objetivo era buscar que los jugadores con ingresos modestos no quedaran desamparados económicamente, pero por extensión se terminaba beneficiando a los más acaudalados también. 

“Fuentes judiciales consultadas por este periódico señalan que podría haber indicios de un presunto tráfico de influencias, dado que los jugadores involucrados en las negociaciones con Rubiales se verían beneficiados por este plan estratégico, posiblemente obteniendo condiciones más favorables que el resto de sus compañeros. Por esta razón, insistieron en la necesidad de mantener el acuerdo en la más estricta confidencialidad”, concluyó The Objective.

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