La polémica jugada propició el tiro de esquina en el que Leonardo Castro, mientras varios jugadores del Rojiblanco le reclamaban al referí santandereano, cabeceó solo en el área y puso el 1-0 a favor de Millonarios.
Por: Iván Peña Ropaín.
El árbitro santandereano Jorge Duarte “estuvo en el patíbulo público” ante la protesta de varios jugadores del Junior de Barranquilla dentro del terreno de juego y de todo el plantel en la conferencia de prensa post-partido, señalándosele de influir en el primer gol de Millonarios, el cual le abrió el camino de la victoria y desestabilizó al Tiburón, situación dada en el cotejo por la fecha 17 de la Liga Betplay-I en Bogotá, la noche del miérocles 17 de abril.
Corría el minuto 37, cuando cerca de la mitad de la cancha se dio una clara infracción del atacante de Millos, Leonardo Castro, sobre el lateral del Rojiblanco, Edwin Herrera, quien propiciaba una salida para su club. El juez de línea número 1, el quindiano Richard Ortiz y quien estaba situado sobre la línea de banda de la tribuna occidental de El Campín, levantó su banderola para avisarle al central Duarte.
A pesar de ello, no prestó atención a su asistente, entrando a consideración su interpretación, la cual, al no decretar infracción, se dedujo que para él no había falta de Castro contra Herrera.
Tras esa acción se derivó un ataque del azul de los bogotanos por banda izquierda, rematando el extremo izquierdo Emerson Rivaldo cruzado y rasante al palo derecho de Santiago Mele, quien se arrojó al piso y la envió al tiro de esquina, dándose seguidamente el gol de Leonardo Castro para el 1-0 parcial.
El atacante de Millonarios cabeceó en todo el centro de las 16 con 50 sin marca alguna y una pobre referencia defensiva, debido a que varios de los jugadores del Junior, haciendo algo que no se debe hacer, se quedaron protestándole a Jorge Duarte la jugada contra Herrera, lo que aprovechó el Embajador para jugar rápido y anotar.
Como se sabe, el compromiso finalizó 3-2 para el bogotano, observándose luego en la rueda de prensa post-partido a todo el plantel de Junior de Barranquilla, con el DT Arturo Reyes y el capitán Carlos Bacca a la cabeza, exponiendo su quejica ante situaciones dadas con Duarte, en especial la de esa jugada.
Lo que dicen las reglas
Una de las peticiones de los jugadores Rojiblanco fue la que Duarte debía atender a su juez de línea, quien le levantaba el banderín porque había foul de Castro sobre Herrera. Empero, atendiendo a lo que compete las reglas de los árbitros, se destacan dos ítems que se conjugan con la decisión del silbante de la polémica:
- El árbitro es la persona encargada de dirigir el partido y que posee plena autoridad para hacer cumplir las Reglas de Juego en dicho encuentro.
- El árbitro tomará sus decisiones según su criterio de acuerdo a las Reglas de Juego y al espíritu del fútbol.
Atendiendo a lo que se especifica en esos dos puntos, Duarte tuvo total autoridad para decidir si era o no falta, basándose en su criterio e interpretación de la jugada y con la potestad de ignorar a su juez de línea, aunque le falló tal traducción, pues sí hubo contravención de las normas del juego limpio.
Los jugadores y hasta el propio Reyes, entraron a solicitarle que se observara el VAR, porque de esa infracción se produjo el tiro de esquina que concedió el 1-0 en contra. Sin embargo, entre los protocolos del VAR, se indica que el aparato tecnológico puede asistir al árbitro principal, únicamente, en caso de que se produzca un “error claro, obvio y manifiesto” o un “incidente grave inadvertido” en relación con:
- Gol – no gol.
- Penal – no penal.
- Tarje roja directa (no así la segunda tarjeta amarilla/amonestación).
- Confusión de identidad (cuando el árbitro amonesta o expulsa al jugador equivocado del equipo infractor).
Es decir, de haber acabado ese remate de Rivaldo en anotación y no en tiro de esquina, el gol hubiese entrado a ser analizado ante la posible falta previa, buscándose establecer si se dio o no infracción.
Ahora, una vez se configura el tiro de esquina para Millonarios, al no ver situación anómala el pito Duarte en la acción Castro-Herrera, dando juego a dicho córner, ya se empezaba una nueva acción de partido, anulándose de paso toda actuación del VAR.
Ello aclara, que la manifestación de protesta tanto de los jugadores dentro de la cancha como en la conferencia de prensa, no tenía hacedero, más bien se debió tener una asesoría previa para reprocharse o no por la controvertida jugada.