Al ver su vulnerabilidad, la comunidad de El Ferry lo socorrió, en medio del asombro por el milagro de la vida.
Cuando la vida parecía que se le escapaba de las manos a Rafael Carlos Rodríguez Ochoa, un milagro apareció en su camino y lo ayudó a vencer a la muerte tras ser arrastrado varios kilómetros por un arroyo hasta el barrio El Ferry, en la tarde del pasado jueves 15 de mayo, en la localidad Metropolitana de Barranquilla, Atlántico.
El hombre terminó en medio de la basura que llevaba la corriente provocada por la fuerte lluvia, guardando los suspiros que le quedaban con la esperanza de otra oportunidad de existir; entonces, varios jóvenes divisaron su cuerpo semidesnudo y lo socorrieron.
Los miembros de la comunidad se sorprendieron al evidenciar que seguía vivo y, mientras asimilaban la noticia de la vida noqueando a la muerte, se unieron para ayudarlo.
A Rafael Carlos, de 39 años de edad, le pusieron una pantaloneta limpia y lo sentaron en la vía pública en una silla plástica color verde, él era el centro de las miradas curiosas y de la alegría de muchos corazones que se regocijaban al comprobar el milagro.

¡Rafael no solo contó con la bendición de sobrevivir! También tuvo la fortuna de ser encontrado por personas que le tendieron la mano, sin pensar en quién era, en su ropa, su estrato o su color de piel, ¡como debe ser! Solo viendo al ser humano, a ese que emergía entre los desechos y al que Dios le dijo que aún no era su hora de partir.
Rodríguez, de quien este medio conoció que reside en la popular Calle Mojá del barrio Carrizal, fue llevado a un centro de salud, donde permanece recibiendo atención médica.

”Le están haciendo estudios, él tenía un ACV desde niño y ahora le salió infección en la sangre, neumonía y una posible tuberculosis”, contó la expareja del ciudadano, quien se encuentra acompañándolo en el hospital.
Redacción: Laura Rocco
Con información de Alexander Ojito-El Ojo de la Calle