El texto del proyecto, que fue radicado ante el Congreso por el presidente, resulta atractivo para la clase obrera.
Por Miguel Utria.
Tras radicarse ante el Congreso de la República el proyecto Reforma Laboral, por parte del Gobierno, el país da un paso ante lo que podría ser una de las grandes revoluciones en los próximos años no solo en materia de beneficios para los empleados sino de los retos que deberán afrontar los empresarios.
Si bien las centrales obreras aplauden lo que muchos consideran justo y dignificante para los trabajadores, pues es el sector más beneficiado con la propuesta, por otro lado están los empresarios que ven con preocupación el costo que, según ellos, recaerá sobre sus hombros.
Precisamente uno de los argumentos del Gobierno para sustentar esta propuesta de reforma es la protección y reivindicación de los derechos laborales de, al menos, 22 millones de trabajadores.
La propuesta de reforma del Gobierno contempla retomar los recargos dominicales y festivos del 75 al 100 por ciento, que la jornada diurna sea de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde y que la nocturna sea e 6:00 p.m. a 6:00 a.m. como se liquidaba anteriormente.
Pero además se propone que el contrato de trabajo sea a término indefinido y que se acabe o disminuya la tercerización laboral, como medio para garantizar la estabilidad laboral.
Uno de los puntos que contempla este proyecto de reforma laboral es lo que el Gobierno considera garantías para los trabajadores plataformas digitales de reparto, que muchos han considerado desfavorables para ellos porque se verían obligados a hacer aportes al sistema de salud y pensiones y perderían la posibilidad de administrar su tiempo.
Y quizás de los puntos más atractivos para un sector de los trabajadores es lo que se propone en materia de licencia de paternidad, que pasaría a 12 semanas, y a igualdad salarial entre hombres y mujeres. Así mismo se propone la formalización e industrialización del campo colombiano.
“Habrá garantías para el trabajo en plataformas digitales de reparto, vamos por la formalización e industrialización del campo colombiano, aumento de la licencia de paternidad a 12 semanas e igualdad salarial entre hombres y mujeres, entre otros”, dijo la ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez, durante el acto simbólico de entrega del texto al Congreso.
Para la construcción del texto de la reforma, el gobierno se desplazó por el país en el marco de los denominados ‘diálogos regionales vinculantes’; en los que participaron centrales obreras, gremios de la producción y el gobierno; y, durante los cuales, se hicieron propuestas que habrían sido tenidas en cuenta para dicha redacción.
En varias de sus intervenciones, los voceros del gobierno han planteado que, con la puesta en práctica de estas propuestas, se acabarán el acoso laboral y sexual al interior de las empresas, debido a que con sueldos dignos y mejores condiciones de trabajo, habrá más disposición para el trabajo y aumentará la productividad.
“Este proyecto de ley debe permitir, si se aprueba por el Congreso de la República, donde inicia su trámite, que cese el acoso sexual y laboral en el país; debe permitir que el salario real pueda crecer en Colombia para que se industrialice; debe permitir que la gente sea más feliz en esta sociedad y disfrutar de más tiempo libre”, dijo el presidente Gustavo Petro al presentar el proyecto.
En un reciente pronunciamiento, Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), al referirse el proyecto de reforma laboral, dijo que “Si los trabajadores ganan más van a comprar más, las empresas podrán tener más ingresos y generar más empleo, pero al reducir los salarios se hace lo contrario”.
El líder sindical cuestionó que en el pasado reciente las promesas de las reformas nunca se cumplieron. Por ejemplo, aseguró que la informalidad se ha incrementado en el país, llegando a un 60 por ciento, mientras que el desempleo es del 13 por ciento.
