Unas cuentas lejanas le quedarán al Tiburón para clasificar a la final, pero por la parca actitud que exponen sus jugadores en cancha, ya muchos junioristas dicen que está despachado.
Por: Iván Peña Ropaín.
Un Junior de Barranquilla que no expone fútbol ni idea, sino lástima y rabia, la noche del domingo 8 de junio, cayó 1-0 en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez ante Independiente Medellín en el juego por la fecha 3 del cuadrangular A de las semifinales de la Liga Betplay-I y quedó virtualmente eliminado de la opción de ir a la final del primer semestre de la temporada 2025. Esta caída lo pone ahora en el cuarto puesto en su grupo con un solo ‘puntico’, a seis de distancia de su rival de turno, que pasa a ser líder solitario, y quedando tres partidos por delante.
Desastroso, penoso, horrible, sin vida o el calificativo que usted desee colocarle: así fue la presentación que hicieron los jugadores que se pusieron la camiseta ‘rojiblanca’ en los primeros 45 minutos en este juego ante el rojo de los medellinenses, que por el contrario, sus futbolistas fueron los que mostraron el “hambre de gloria”.
Tan mal fue la presentación del cuadro dirigido por el DT César Farías, que durante ese período disputado en el césped del Metro generó solo tres remates en ofensiva, pero uno solo con dirección a arco y sin peligrosidad en el pórtico defendido por Whasington Aguirre, cuando trotándose por el minuto 39, se arrojó al piso hacia su palo izquierdo y se la atajó a José Enamorado.
Era más el DIM en el terreno de juego, hay que decirlo, mientras que el Rojiblanco lucía desganado, más bien viéndosele el deseo de victoria, lo que le hacía falta a los jugadores, a los casi 15 mil hinchas que desde las gradas del Coloso de la Ciudad acompañaron al equipo la noche de este domingo.
Para rematar esa pésima primera parte del cuadro ‘quillero’, la “Ley del ex” se hizo presente con Homer Martínez, quien marcándose el minuto 43, se la embocó a Jefferson Martínez y llenó de más colera a los junioristas, puesto que ya se les notaba alebrestados debido a que la primera etapa se esfumaba y su elenco no jugaba a nada.
Farías salió formando con Jefferson Martínez, Edwin Herrera, Javier Báez, Daniel Rivera y Jhomier Guerrero en el sector defensivo; Didier Moreno, Fabián Ángel, Yimmi Chará, José Enamorado y Bryan Castrillón en toda la zona medular; y Guillermo Paiva en la delantera.

Para la segunda parte Junior de Barranquilla salió como debió haber salido en el tramo anterior, siendo incisivo en terreno del Poderoso de la Montaña y con más dirección en sus disparos a la cueva de Aguirre, quien se notó seguro en las pocas que le exigieron.
Se vieron de una las modificaciones de Steven “Tití” Rodríguez por Castrillón y Jordan Barrera por Moreno, buscando con ello el DT venezolano un mayor volumen de ataque y quedándole al boyaco Ángel toda la responsabilidad en la contención. ¡No estaba mal la idea, había que buscar rápido la paridad!
Los minutos pasaron sin emoción alguna por parte de los ‘quilleros’ y otros cambios se produjeron: Deiber Caicedo por Enamorado y Luis “Cariaco” González por Ángel, bajando Chará a la línea de “quita pelotas“.
Pero al final, nada de nada, Junior de Barranquilla no pasó de las tibias escaramuzas y acabó derrotado en su propia casa por un Medellín que fue totalmente superior, principalmente en la primera parte, aunque precisando que sin ser la mayor cosa ese equipo paisa.
Quedarán opciones matemáticas para lograr la clasificación, sin duda, pero estos jugadores no tienen vida, es la verdad. Además, deberá ganar los tres compromisos que le restarán y, siendo lo peor, que tendrá que depender de un “súper milagro” para que se le den resultados a favor en cuanto a los otros tres rivales que habitan en su cuadrangular.
¡Creamos mejor que esto fue todo por hoy, a pensar en el próximo semestre!




