El presunto asesinato de la joven de 17 años se produjo en medio de una toma por parte de estudiantes.
Por: Nana Ripoll y Sergio García.
Ha pasado un año y medio desde aquel fatídico 18 de diciembre de 2019, cuando a las 5:00 de la mañana, en circunstancias aún por esclarecer, Madelayne Sofía Ortega Villa perdió la vida mientras hacía parte de un grupo de ‘tomistas’ en la Universidad del Atlántico.
La joven salió de su casa el 1º de diciembre en horas de la mañana, afirmando que iba hacia la universidad. Al caer la noche, los padres desesperados por su ausencia la llamaron al celular, la respuesta de la estudiante fue que se había unido a un grupo de manifestantes en señal de protesta para defender los derechos de la educación pública.
Madelayne Ortega nunca más volvió a su hogar. Dieciocho días más tarde, a través de una llamada de la Policía, sus padres se enteraron de la trágica noticia.
Este 27 de junio, ‘Made’ habría cumplido 19 años. Su alma no ha descansado en paz como tampoco sus padres y familiares quienes aducen que su muerte fue violenta y que este crimen aún permanece en la impunidad.
¿Homicidio o accidente?
El cuerpo de la estudiante de segundo semestre de Derecho apareció sin vida en las escaleras del primer piso del bloque 8 de la sede centro del alma máter. Al parecer, Madelayne cayó al vació desde el piso 3 de la edificación.
El misterio de su muerte aún ronda en los pasillos abandonados de la universidad y en el desconsuelo de sus seres queridos. Una de las principales hipótesis es que Madelayne fue lanzada intencionalmente. “Muerte violenta con fractura craneoencefálica por caída de altura sin determinar”, fue el dictamen de Medicina Legal.
‘Made’ fue auxiliada por sus compañeros de campamento y trasladada hacia la Clínica San Diego en donde se confirmó su deceso.
El paseo de la muerte
Roberto Ortega, padre de Madelayne, en medio del dolor, la indignación y la impotencia le contó a Impacto News que el crimen de su hija aún no ha sido esclarecido por parte de las autoridades.
“Inicialmente contraté un abogado para el acompañamiento jurídico del caso, pagué en total $4.000.000, de los cuales $900.000 fueron para sus viáticos y viajes de Santa Marta a Barranquilla, cada 21 días, y $3.000.000 por sus honorarios”.
El padre afirma que el abogado solo se acercó a las instalaciones de la Fiscalía una vez y no mostró nada en concreto.
“Por esa razón decidí enviar un correo a la directora de la Fiscalía Seccional Atlántico para obtener respuesta sobre el proceso de mi hija, con copia al fiscal Adolfo Niebles, quien hasta ese momento llevaba el caso. Me respondieron que el fiscal actual era Nicolás Bustos y que no podían entregarme todos los documentos. Lo único que recibí fue la necropsia, 6 meses después de solicitarla.”
Para tranquilidad de Roberto Ortega, el informe forense arrojó que el cuerpo de Madelayne no presentaba rastros de sustancias alucinógenas y psicoactivas en su sangre y que la muerte de la joven fue producto de un golpe en la parte posterior de su cabeza.
“Durante este año y medio del crimen no ha pasado nada con la Fiscalía, el único que ha dado la cara y ha sido honesto es el fiscal Nicolás Bustos, quien me manifestó que lo de Madelayne sí fue una muerte violenta, pero que no ha encontrado las pruebas suficientes para aportar y hallar un culpable”, expresó Roberto Ortega.
El padre de la joven afirma conocer los nombres de las personas que acompañaban a su hija al momento de su muerte y que en sus constantes noches de pesadillas, Madelayne aparece llorosa y angustiada pidiéndole perdón.
“Yo siento que no tengo nada que perdonarle a mi hija, sé muy bien quién fue ella, fue alguien excepcional. Lo único que quiero es que Madelayne descanse en paz, que se haga justicia y que se halle al culpable. En los sueños mi hija manifiesta que la lanzaron al vacío; algo me dice que su novio fue quien la empujó”.
“No ha pasado nada”
A nivel penal, el caso de Madelayne Ortega no ha avanzado, su muerte sigue en la impunidad y la frustración de sus padres no cesa. La falta de respuesta por parte de las autoridades competentes incrementa a diario el dolor.
“No ha pasado nada hasta el momento, estamos en espera de hallar una prueba para mantener el caso en vigencia. El celular de Madelayne aún está en poder de la Fiscalía y no lo han podido desbloquear, lo hemos pedido para intentar acceder, pero nos han negado la solicitud. Nunca han cumplido con lo que nos han manifestado, no han reconstruido una escena y las versiones de los testigos del hecho no han coincidido. La muerte de mi hija es irreparable, pido que se haga justicia”, finalizó.
