Ante la hercúlea reacción del estratega, en redes sociales junioristas coinciden que no se puede estar feliz por quedar eliminados de Copa Colombia y que para enmendar ese fallo debe salir campeón de la Liga-II.
Por: Iván Peña Ropaín.
Antes de iniciar y en varios trámites del juego del sábado anterior frente al Deportivo Pereira por la fecha 16 de la Liga Betplay-II en el Metropolitano y que en el suspiro lo terminó ganando 3-2 Junior de Barranquilla, desde la gradería numerada, cerca al banco técnico de la escuadra ‘quillera’, algunos hinchas vituperaron al estratega uruguayo Alfredo Arias.
La “tiradera” de los adeptos ‘rojiblancos’ se encaminó a la reciente eliminación del equipo de la Copa Colombia 2025 a manos del América de Cali y por el fútbol simplón en el que se ha sumergido el Tiburón, acrecentándose más las molestias contra el DT Arias cuando en el partido frente a los pereiranos se iba abajo dos a uno en el marcador.
Pero la calentura de los gritos direccionados al timonel uruguayo, de 66 años, se hizo mucho más aguda porque este cotejo ya cumplía sus 90 reglamentarios y se empezaba a adentrar en los seis minutos que dio al silbante Wilmar Roldán de reposición.
Como ya saben, en el último minuto de prorroga (90+6) y en el segundo (90+8) de los dos que añadieron por la demora que se produjo cuando derribaron a José Enamorado en el área y se pitó el penal que concedió el dos-dos y facturado por Steven “Tití” Rodríguez, este último con su doblete puso el 3-2 definitivo del gane y el de la clasificación a cuadrangulares.
¿Y qué pasó tras ese tercer tanto de Tití? No solo se le observó celebrar pletóricos y eufóricos a jugadores en la cancha y a los hinchas en las graderías del Metro, sino que la efervescencia desbordó al técnico Alfredo Arias, quien a toda velocidad corrió hacia el punto de la tribuna numerada donde se hallaba el grupo que lo cuestionó desde un principio y, luego de empujar con rabia una cava de bebidas hidratantes que se topó en su carrera, les dedicó de manera enérgica el gol de la victoria. Se le bajó la revolución a la dedicatoria, gracias a un miembro del staff de Junior que, muy inteligentemente, lo abrazó para celebrar y lo contuvo cuando se dirigía hacia la tribuna.




