Estas excursiones traen consigo muchas personas, por lo que a veces el tumulto se presta para trifulcas por simples tropezones.
Por: Iván Peña Ropaín.
Ante la fuerte pelea que se armó el pasado domingo 2 de julio entre un grupo de turistas en las playas de Santa Verónica, en el municipio atlanticense de Juan de Acosta, a partir de la fecha se restringirá el ingreso a ese lugar de los populares “paseos de olla”, esos que organizan desde hace mucho tiempo familias y amigos en este departamento en aras de pasar un día de “sano esparcimiento” frente al mar.
A través de un decreto, la Alcaldía de esa municipalidad conminó a tal actuación, la cual inhibirá en sí por medio de unas reglas que los buses que transportan en gran cantidad a los visitantes arriben a esa playa de manera descontrolada, tal como viene sucediendo, buscándose con ello un freno a este tipo de paseos los cuales, muchas veces, terminan en violentos enfrentamientos entre las congregaciones de personas.
Ahora, se requerirá enviar una solicitud ante las Secretarías de Gobierno y Turismo de la Alcaldía de Juan de Acosta, con el objetivo de conocer quiénes están a cargo del viaje recreativo, de qué sector del departamento o barrio de Barranquilla provienen, las condiciones del automotor que los transporta y el número de personas que viaja, así como el lugar en el que se estacionará.
(@noticiasbq1)Todo su respaldo mostraron los operadores turísticos de esa zona ante la determinación, ya que es oportuna la medida para contrarrestar estos hechos que siguen presentándose no solo en Santa Verónica, sino en otras playas del departamento.
Ese domingo, una discusión que habrían tenido dos mujeres desencadenó la batalla campal, cuando energúmenos allegados de cada una de las féminas se sumaron a la reyerta verbal. Palos, piedras, sillas, machetes y hasta cuchillos iban y venían entre los dos bandos, dejando el altercado a dos personas con heridas de consideración.
La ingesta de alcohol, sumado a la cantidad de personas que traen consigo estos paseos, conllevan a que algunas veces se delimiten los espacios entre los turistas situados en las carpas o quioscos, por lo que un roce entre las personas ha bastado para desatar una pugna, más cuando se trata de personas con poco civismo y tolerancia.
