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¿Por qué mermar el ataque de Junior, cuando urgía empatar?: Reyes y un cambio que le salió caro

El meter a un volante de contención (Vélez) para sacar a un delantero (Bacca) dejó un tufillo de “cobardía” del DT Rojiblanco.

Por: Iván Peña Ropaín.

En el juego de anoche en condición de visitante frente al Deportes Tolima, primera fecha del cuadrangular A de las semifinales de la Liga Betplay-II, quedó una imagen entre los hinchas junioristas de una notable “cobardía” del entrenador del Junior de Barranquilla, Arturo Reyes, al sacar a su único delantero para meter a un volante de contención, aun cuando se iba perdiendo el cotejo 1-0 y apremiaba buscar la paridad.

Al minuto 30, el atacante Diego Herazo abrió el score, que al final fue 3-1 para el Pijao, sufriendo el Rojiblanco, siete minutos después, en el agregado (45+1), la expulsión de su volante Homer Martínez, finalizando así esta etapa inicial.

La lógica rezaba, que al ir perdiendo uno a cero en esta primera fecha en el Grupo A, al hacer una modificación y de ameritarse esta, entonces debió producirse buscando oxigenación en mitad de cancha posición por posición, ante la ausencia de Homer por ver la roja, más no la de mermar tu ofensiva. ¡Había que atacar para lograr esa paridad, puesto que el empate era un buen negocio para empezar bien esta fase semifinal, todavía más si estabas con 10 hombres en cancha y de visitante!

Y se dice: “de ameritar una sustitución”, ya que fácilmente Arturo-III pudo salir con el mismo equipo con el que finalizó los primeros 45 minutos, y si optaba por hacer algún cambio, debió poner de una a José Enamorado, por ejemplo, para buscar más a Bacca, quien estaba flojo en el compromiso pero era el atacante del Tiburón, para propiciar más la explosividad por banda con Deiber Caicedo y para crear más conjunto con Luis ‘Cariaco’ González; en esta ecuación no entraba Vladimir Hernández, a raíz del bajo nivel mostrado anoche en el estadio Manuel Murillo Toro.

Al final, el rival aprovechó no solo la superioridad numérica de un hombre de más, sino la falta de acometida del émulo ante la omisión de Bacca, dándole la oportunidad al tolimense de embestir con mayor confianza y volumen de ataque, logrando de esta manera, corriendo el cronometro arbitral en el 53′, el segundo por intermedio de Kevin Pérez.

Cuando Jefferson Martínez, de lo mejorcito en este duelo, principalmente, en la primera parte evitando que se fueran al descanso con dos o tres goles adentro, vio al minuto 53 la segunda diana inflando su red, fue que el estratega Reyes pensó en la ofensividad, ingresando a Freddy Hinestroza por Hernández y a Léider Berrío por ‘Cariaco’.

Sin embargo, Berrío, a quien se le ve fuera de ritmo y con algo de sobrepeso, e Hinestroza, que fue lo mismo de este último tiempo, nada de nada en la generación de fútbol hacia adelante, no pudieron darle a Arturo-III lo que quiso buscar.

Metió a José Enamorado casi en los 80 minutos, logrando con ello algo más de posicionamiento de pelota y un poco más de meneo en la parte de adelante; y es que ese era el cambio inicial para la segunda parte.

Con el ingreso de Steven ‘Tití’ Rodríguez en las postrimerías del compromiso, y quien fuera el que consiguiera el descuento de penal, los hinchas certificaron la especie de “cobardía” del técnico ‘tiburón’, al salir a contener con el marcador 1-0 en contra, cuando hay momentos en estos cuadrangulares que se debe “tirarla a todo o nada”.

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