“No tenía nada que ver con eso”, dijo sobre el ataque a bala en una tienda Ara que iba dirigido contra otro hombre, quien también murió.
Entre lágrimas y haciendo un esfuerzo sobrehumano por hablar ante los medios de comunicación, Milena Méndez, madre de Jordi Esteban Méndez Fernández, alzó su voz para pedir que el homicidio de su hijo, registrado en la tarde del martes 3 de octubre en Barranquilla, no quede en la impunidad.
El hecho de sangre se registró al interior de una tienda Ara ubicada en la calle 80B con carrera 42E esquina, al norte de la capital del Atlántico, cobrando la vida del vigilante y de César Alberto Molina Chávez, alias Checho, contra quien, según las autoridades iba dirigido el ataque.
Según la Policía Metropolitana de Barranquilla, sujetos a bordo de motocicletas llegaron al supermercado para asesinar a Checho y “desafortunadamente, el vigilante del establecimiento comercial reaccionó y perdió la vida”.
“Yo solamente le pido a las autoridades justicia por mi bebé, un niño de 20 años que solamente estaba cumpliendo con su trabajo y no tenía nada que ver en eso, no tenía ni siquiera un arma para defenderse, yo solamente quiero que paguen los culpables porque mi hijo no tenía nada que ver con eso”, pidió Milena.
La mujer, quien viajó desde Aracataca, Magdalena, donde reside, para hacer frente al doloroso caso de la muerte de su hijo, contó que Jordi soñaba con sacar adelante a su hermano menor y no concibe cómo los criminales acabaron de manera injusta con su vida.
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Este medio ya había dialogado con Ruby Fernández, abuela del joven, quien repudió el acto criminal que truncó los sueños de su nieto: “Tenía poco tiempo viviendo en el barrio La Sierrita, apenas cumplió 20 años, era un niño bueno, trabajador, ellos son de aquí, pero sus padres viven en Aracataca, por eso mi nieto vivía conmigo. Él acababa de alquilar un apartamento porque se iba a traer a su hermano, le había prometido conseguirle un trabajo. Ayer le pagaron y me dijo: mami voy a cobrar para pagar enseguida el apartamento”.
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Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle