La idea fue darle paso en el roster de la novena de Los Ángeles a lanzadores relevistas, con el fin de darle tiempo de recuperación a otros pitchers abridores de nivel disponibles, quienes están lesionados.
Por: Iván Peña Ropaín.
Al pitcher barranquillero Nabil Crismatt, a quien el domingo anterior habían ascendido a los Dodgers de Los Ángeles, no le valió de mucho haber sido figura en el juego ante Cardenales de San Luis, puesto que en poco más de 24 horas de dicha movida, el lunes 1 de abril, fue puesto en asignación.
El pelotero de 29 años tenía grandes expectativas de mantenerse en el primer equipo por la actuación expuesta en ese juego, en el que fue calificado como el lanzador ganador, al salir airoso tras enfrentar a siete bateadores, retirando a seis, tres por ponche, permitiendo un solo imparable y dejando como promedio de carreras limpias 0.00.
De acuerdo a informaciones que se manejan desde Estados Unidos, el abridor ‘currambero’, para quien su última novena en las Ligas Mayores de Béisbol de los Estados Unidos fue Diamondbacks de Arizona, achacó la decisión con el propósito de abrirle espacio en el roster activo a relevistas, buscándose con ello crear tiempo para la recuperación de los cuatro abridores de nivel disponibles, quienes están lesionados: los norteamericanos Clayton Kershaw, Tony Gonsolin, Dustin May y Walker Buehler.
De esta forma, se cierran las posibilidades para un recién ascendido y con este el deseo de continuar en la élite de la ‘pelota caliente’ para Crismatt, quien también actuó en la Gran Carpa en organizaciones como Padres de San Diego y Cardenales de San Luis.