En su primera aparición, el nuevo sumo pontífice, de origen estadounidense, dedicó algunas palabras a la nación sudamericana: “Un pueblo fiel ha acompañado a su obispo”
Robert Francis Prevost, quien ha elegido para su pontificado el nombre de León XIV, se convirtió en el segundo hombre no europeo en ser elegido como papa, máximo jerarca terrenal de la Iglesia Católica y sucesor de Pedro, recordando que el primero fue el recién fallecido papa Francisco.
El nuevo sumo pontífice nació en Chicago (Estados Unidos) el 14 de septiembre de 1955 e inició su vida religiosa en 1977. Se ordenó sacerdote en 1982 y tres años más tarde fue enviado en su primera misión a Chulucanas, en Piura, sin imaginar que ese sería apenas el inicio en su relación con Perú.
Prevost vivió en Perú por más de 40 años, al principio como misionero y después como arzobispo. En 2014, el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo y desde ese cargo, y en señal de compromiso con el país, anunció que se nacionalizaría peruano, por lo que en 2015 se consagró como arzobispo de esa ciudad.
Su formidable labor en Perú le permitió que Francisco lo llevara a Roma en 2023 para asumir el prefecto del Dicasterio para los Obispos, organismo desde donde mantenía contacto regular con la jerarquía católica en la parte del mundo que cuenta con el mayor número de católicos.

Durante su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro, el papa León XIV expresó las siguientes palabras: “La paz De Dios esté con ustedes. Este es el primer saludo del buen pastor… Aquí les dirijo este saludo de paz, que les llegue al corazón, a todas las personas donde se encuentren, a todos los pueblos, a toda la Tierra. La paz esté con ustedes”.
Posteriormente, no olvidando sus raíces sacerdotales, habló en español y envió un saludo muy especial a Perú, recordando no solo su pasado sino el cariño de sus feligreses, con lo que se siente un papa ciudadano peruano, más allá de su origen norteamericano.
“Un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia de Jesucristo”, expresó.
De este modo, occidente mantiene el liderazgo de la Iglesia Católica, un símbolo de unión y fe en todo el mundo y donde las decisiones de la curia juegan un papel preponderante para el avance de una sociedad en paz.