La víctima, quien caminaba junto a su hijo de once años, dijo no haber escuchado disparos ni disturbios.
A finales del pasado mes de marzo, Cleodi de la Hoz fue víctima de una bala perdida, momentos en que caminaba de la mano con su hijo menor de edad por el barrio Buena Esperanza, al suroccidente Barranquilla, Atlántico.
La mujer había estado acompañando a su pequeño de 11 años, quien jugaba un partido en la “Cancha la Bola” y, una vez terminado el encuentro deportivo se dirigían a la Olímpica de la 21, siendo las 10:15 a. m. del 26 de marzo. Cuando transitaban por la calle 63C con carrera 17 Cleodi sintió un fuerte “golpe” en su hombro y pensó que algo pesado le había caído encima.
“El domingo hace ocho días iba pasando por la 63C con 17 cuando sentí que algo me golpeó fuerte en el hombro, pensé que me habían tirado algo, nunca me imaginé que había sido una bala, yo sentí como si me hubieran tirado algo, llegamos a pensar que era un mango y no nos dimos cuenta hasta que atravesé, le pedí auxilio a unos señores que estaban ahí porque comencé a verme la sangre, un señor me miró y me dijo que era una bala, pero no se supo de dónde salió”.
De inmediato, llamaron a la Policía Metropolitana, cuyos uniformados se percataron de igual manera que era una bala lo que tenía la mujer en su hombro. “Nadie, ni la Policía, se explica qué pasó, la única es que hicieron el tiro al aire o con silenciador. A mí me llevaron al Hospital Nazareth, desde allí al Hospital General de Barranquilla y, como no me prestaron los auxilios, me llevaron a la Clínica de la Asunción”.
La víctima de bala perdida agregó: “Gracias a Dios no me afectó nada, yo ahora puedo hacer mis quehaceres, pero al igual es un cuerpo extraño que me deben sacar. Eso debió ser una bala perdida, hago un llamado a las autoridades para que estén un poco más pendientes de la seguridad en la ciudad, esta vez fui yo, mañana puede ser otra persona, gracias a Dios a mi niño no le pasó nada porque por poco le cae la bala a él, tanto así que cuando regresé a la casa me dijo que yo era su ángel protector“.
Informe: Alexander Ojito – El Ojo de la Calle