Las mujeres afectadas por el ‘Plan Titán 24’, que prohíbe ejercer la prostitución en ese punto turístico, también conminaron a la Policía a que les den tratos humanos al momento de retirarlas.
Por: Iván Peña Ropaín – Yeinner Garcés.
Contrario al bullicio por los aplausos, y de pie, que ha recibido de parte de un gran sector de la sociedad cartagenera y hasta de personas de otras ciudades del país el denominado ‘Plan Titán 24’, con el que buscan erradicar la prostitución del Centro Histórico de Cartagena, el presente para las trabajadoras sexuales que operaban en ese punto turístico se halla sumergido en un silencio que día a día apaga sus subsistir y pone en riesgo sus vidas, tal como lo relataron dos de ellas a Impacto News.
Como causal de dicho plan, puesto en marcha por el nuevo alcalde de La Heroica, Dumek Turbay Paz, una vez asumió funciones a comienzos de enero de 2024, las mujeres que ejercen el vetusto oficio de la prostitución empezaron a protestar debido a que no han podido llevar dinero a sus casas, ya que hasta se les ha inhibido el acceso a centros nocturnos y otros locales en dicho sector icónico de la capital bolivarense, ejerciendo además, de acuerdo a coinciden sus narraciones, un reiterativo abuso de autoridad por parte de los miembros de la Policía Nacional al momento de retirarlas de la demarcación céntrica.
‘Andrea’, como se hizo llamar una de las dos meretrices que contactó a Impacto News para narrar su odisea, empezó comentando que si bien entienden que debe haber un control, se necesita urgentemente una reubicación de aquellas mujeres que venían laborando desde hace años en el Centro Histórico:
“No solo nosotras estamos viéndonos muy seriamente afectadas con relación al factor económico por las medidas tomadas por la Alcaldía de Cartagena, sino también aquellos que ejercen la actividad turística en hoteles, restaurantes, islas y playas”, sostuvo la mujer de 25 años y natural de Medellín.
Con voz quebrantada pero mirada de rabia a la vez, ‘Andrea’ indicó que el calvario que padecen no solo tiene que ver con el tema de los vetos impuestos por el Distrito, “igualmente estamos cansadas y muy molestas por los constantes malos tratos, tanto verbales como físicos, y las humillaciones de las que somos objeto por parte de policías a la hora de retirarnos del lugar o al momento de impedirnos el ingreso”, anotó la fémina.
En medio de la entrevista, la chica medellinense hizo hincapié en la petición que le hacen la mayoría de sus colegas, quienes son de distintas partes del país, principalmente del interior: “Le solicitamos al alcalde Dumek que por favor, si no nos va a permitir que laboremos donde veníamos laborando desde hace mucho tiempo, que nos reubique, porque no podemos seguir así y necesitamos buscar nuestro sustento diario, teniendo muchas de nosotras hijos”.
Empero, el panorama se les complicó todavía más, y eso no los refirió quien llamaremos ‘Samanta’, otra de las trabajadoras sexuales que tenía como puesto de labores el Centro Histórico. Ella, oriunda de Bogotá y quien junto a ‘Andrea’ reside desde hace años en territorio cartagenero, manifestó que lo perjudicial no solo es el que no se les permita entrar y recorrer las calles de enunciado punto turístico, sino que se tomen las drásticas medidas para los bares nocturnos que operan en su interior.
“Por permitir la prostitución, algunos de los locales nocturnos han sido cerrados, mientras en otros la vigilancia de la Policía es recia y agresiva a la hora de detectar la presencia de algunas de las prostitutas”, anotó ‘Samanta’, quien con ojos lloroso recordó que ella no ofrece su cuerpo porque quiere, sino por la necesidad de mantener a sus dos hijos, dándole el mundo una severa vuelta a su vida desde que su esposo falleció, dedicándose luego a buscar y buscar trabajo hasta el punto de no encontrar oportunidades laborales que le alcanzaran para pagar los gastos básicos.
En su testimonio de lo que viven en estos momentos por cuenta del ‘Plan Titán 24’, igualmente dejó ver el temor que invade a todas al tener que movilizarse por los alrededores del Centro Histórico para hacerse a unos pesos, encontrándose expuestas a todo tipo de peligro, “pero es lo que nos toca hacer por la imperiosa necesidad de llevar plata a nuestras casas”, complementó la mujer de 29 años.
“Al menos en el Centro Histórico hay insistente vigilancia policial, pero en los alrededores, todo es penuria, y eso lo obvió el alcalde de Cartagena. Vaya a usted a ver la inseguridad que hay afuera, esta está en su máximo tope noche a noche, horario que es cuando salimos a trabajar”.
Por eso, dijo la bogotana: “Necesitamos ser reubicadas. Muchas de nosotras entendemos que el alcalde Dumek quiere llevar orden a ese sector, que es de los más visitados y más representativos de Cartagena. Muchas sabemos que, sinceramente, hay un descontrol con algunas chicas en cuanto al exhibirse en vía pública, pero no es justo que al aplicar medidas no se atienda a la otra parte, cuya ubicación allí no es cosa de ayer, data de muchos años atrás”.
Como solución en lo relacionado al traslado que solicitan a gritos, ‘Samanta’ precisó, en voz de todas sus compañeras, que aquellos sitios nocturnos en los que se les permitía laborar hasta antes de entrar a regir el plan administrativo y policial y los cuales son frecuentados por muchos de sus clientes, “sean situados en otras zonas para así poder equilibrarnos nuevamente en el aspecto económico, ya que hemos tenido todos estos días pérdidas considerables y muchas de nosotras nos hemos visto obligadas a endeudarnos para llevar comida a la casa”, expresó.
También hizo un llamado a la Policía de Cartagena para que ejerza control de los miembros que disponen en el Centro Histórico a prestar vigilancia, con el fin de que sean más respetuosos y humanos con las trabajadoras sexuales al momento de ejercer alguna autoridad para retirarlas del lugar.
Si bien son muchas las personas, tanto propios como extraños, que ven con beneplácito las nuevas normas que empezaron a regir desde comienzos de año con el ‘Plan Titán 24’ para ponerle freno a la anarquía que se apoderó de ese punto vital del turismo cartagenero, lo que alegan las trabajadoras sexuales tiene mucho sentido, pues para nadie es un secreto que cuando se imparten este tipo de ordenanzas, estas deben estar ligadas con soluciones para la contraparte, lo que, afirman las afectadas, no ha sucedido y más bien las tiene en medio de la desesperación, tristeza, escasez económica e incertidumbre por no saber qué pasará mañana.
